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En Barrancabermeja, el arte es un arma contra la violencia

Los integrantes de la Caravana por la Paz, la Vida y la Justicia en Colombia llegaron a este municipio de Santander para conocer algunas iniciativas juveniles que construyen paz en la que fue llamada la "capital antisubversiva de Colombia". 

Alex Sierra
13 de noviembre de 2016 - 11:15 p. m.
Jóvenes de Barrancabermeja usan la música caribeña para decirle no a la violencia.  / Cortesía
Jóvenes de Barrancabermeja usan la música caribeña para decirle no a la violencia. / Cortesía

Nuestro primer día de recorrido nos llevó por la nueva ruta del sol a Puerto Boyacá, donde una valla proclamó durante años ese municipio del Magdalena Medio como la “capital antisubversiva de Colombia”. De inmediato llamó la atención de los extranjeros que el actual anuncio firmado por los jefes paramilitares Arnubio Triana (Alias Botalón), Gerardo Zuluaga (Ponzoña) y Álvaro Sepúlveda (César) dice: “De corazón pedimos perdón a todas las víctimas del conflicto armado en Colombia, y hacemos un llamado a las nuevas generaciones para que por ningún motivo participen en grupos armados al margen de la Ley” . 

Casi enseguida al ver el anuncio alguien hizo una pregunta que nos lleva dando vueltas en la cabeza a los colombianos: ¿Si los mismos excombatientes alertan sobre la guerra, por qué muchos políticos en Colombia persisten en mantenerla cuando les generó tanto dolor? Al mismo tiempo una pareja que pasaba en una moto al ver las cámaras y los extranjeros parados frente a la valla gritaron: “bienvenidos a Puerto Boyacá”, presagiando que el país, pese a sus dificultades, atraviesa por un momento distinto y que los colombianos no hemos perdido la hospitalidad que nos caracteriza.

Horas de carretera, no siempre en buen estado, pero con hermosos y verdes paisajes, nos mostraban también múltiples peajes que desataron certeras preguntas de alguien de Guatemala que dijo: ¿Si las carreteras no están en perfecto estado, por qué les cobran por transitarlas? ¿Las carreteras en Colombia son públicas o privadas? Y arremetió con la más incisiva de sus preguntas: ¿Existen rutas alternas públicas que le permitan a la gente que no tiene cómo pagar los peajes moverse por su país?

Luego de explicar que a diferencia de Guatemala las vías en Colombia están casi en su totalidad concesionadas y que moverse por tierra acá es más caro que en muchos países de América Latina, llegamos a Barrancabermeja donde nos recibieron para nuestra sorpresa algunos medios locales pese a ser viernes en la noche. 

Luego fuimos a conocer una hermosa experiencia donde jóvenes de un sector popular del barrio La Victoria, pertenecientes hasta hace poco a un proyecto llamado la Legión del Afecto, que han podido romper con las cadenas de venganzas y homicidios desde la danza. La música de las tamboras, que además sorprendió a un académico bogotano que no se imaginaba que en esta región del país existiera una fuerte influencia caribeña, que es resultado del desplazamiento forzado y la falta de oportunidades que llevaron a muchas personas al puerto petrolero desde hace décadas. 

Este encuentro con jóvenes que definen los tambores y sus instrumentos musicales como sus “armas” para combatir la violencia, conmovió a los visitantes que desde países como México reconocieron que en este momento su país está paralizado por el miedo de una brutal violencia que no conoce límites, y que deja muy pocas alternativas para combatirla de la manera como lo han hecho estos jóvenes en Colombia. 

La música, y la danza, se combinaron con un necesario dialogo para conocer cómo se derrota el miedo desde el arte, cómo impedimos que nos roben la esperanza y de qué manera la paz es posible construirla desde la cotidianidad de cada barrio y vereda en Colombia sin esperar el “permiso” de quienes creen que la decisión sobre la guerra o la paz les pertenece. 

Resulta estremecedor recorrer este país que “huele a Macondo”, como dijo alguien más al terminar nuestra jornada, saliendo de un barrio al que se supone no deberíamos haber visitado por su “mala fama”. Esperamos seguir, en medio de nuestro viaje, compartiendo la magia que encontramos en cada rostro y testimonio, que pese al dolor, demuestran que la paz ya está caminando con fuerza por este complejo pero bello país.

De qué se trata la Caravana por la Paz, la Vida y la Justicia en Colombia

Entre marzo y abril de 2016, ochenta personas entre activistas, periodistas, académicos y víctimas de las violencias que azotan a los países de Centroamérica recorrimos juntos 5.000 kilómetros en un dialogo permanente con comunidades sitiadas por el miedo, intentando llevar voces de aliento, y tejiendo redes de solidaridad mientras transitábamos Honduras, El Salvador, Guatemala, México y los Estados Unidos. 

Entendiendo la importancia del proceso de paz que vive Colombia, e intentando conocer de primera mano lo que implica la paz para regiones que durante décadas han sufrido la guerra y los abusos de los ejércitos de diversos bandos, conformamos esta vez un equipo de 30 personas igualmente diverso y con representación de países como Honduras, El Salvador, Guatemala, México, Argentina y obviamente Colombia, e iniciamos un recorrido desde Bogotá el pasado viernes 11 de noviembre, yendo luego a Barrancabermeja; San Pablo en el sur de Bolívar; oriente Antioqueño y Medellín; Cartago, Tuluá, Trujillo y Cali en el Valle; Corinto y Popayán en el Cauca; San Agustín en el Huila; Neiva e Ibagué en el Tolima y culminaremos en la ciudad de Bogotá el próximo 22 de noviembre.  

Por Alex Sierra

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