Colombia + 20
Haciendo País

Lo que hay que hacer según las víctimas para alcanzar la paz

El Espectador habló con diez de las 60 víctimas del conflicto que en 2014 viajaron a La Habana para ayudar a construir el Acuerdo Final con las Farc. Incertidumbre y un llamado a la movilización social es lo que manifiestan.

María Paula Rubiano/@pau_erre
07 de octubre de 2016 - 12:07 a. m.
Las víctimas también se hicieron presentes en las marchas que este miércoles convocaron los universitarios.  / / Óscar Pérez
Las víctimas también se hicieron presentes en las marchas que este miércoles convocaron los universitarios. / / Óscar Pérez

En su nombre se han lanzado comentarios en Twitter, en Facebook, en la calle. En su nombre unos han exigido justicia y no impunidad; otros, en cambio, han hecho un llamado al perdón. Todos hablan de ellas, las víctimas del conflicto armado. Son más de ocho millones, pero hay rostros especialmente visibles. Como, por poner un ejemplo, los de las 60 víctimas del conflicto que en 2014 viajaron a La Habana para ayudar a construir el punto de víctimas y justicia del Acuerdo Final con las Farc, el cual, por incluir propuestas como penas sin cárcel, resultó ser uno de los más controversiales.

 Lea también: El camino de las víctimas hacia el Congreso

No obstante, desde los comicios del pasado domingo en el plebiscito, esos rostros parecen haberse convertido en retratos mudos. La alharaca de las redes sociales, las marchas en las ciudades, los anuncios en televisión de presidente y expresidentes, los partidos políticos que desde las bancadas del Congreso hablan. Todos hablan. Y ellas, las víctimas, ¿qué tienen para decir sobre esta vorágine?

El Espectador contactó a 10 de las 60 víctimas que viajaron a La Habana para construir el Acuerdo cuya aplicación hoy está en vilo. Hablaron sobre los resultados del plebiscito, lo que sienten ante la situación del país y, especialmente, sobre lo que ellas —que vivieron la guerra directamente— proponen para caer de pie tras el salto al vacío que dio Colombia al decir que no aceptaba el Acuerdo Final pactado por el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc.

Lea también: Una generación que construye país

Marleny Orjuela
Prima de un subintendente secuestrado en la toma de Miraflores

“Para mí todo lo que se haga por la paz vale la pena. Resta decir que ya estamos acostumbrados a vivir momentos críticos y duros, y en este momento estamos aquí para servirle exclusivamente a la paz. Porque la paz es de Colombia, no de expresidentes ni de senadores: es de todos nosotros. Acompañemos a los movimientos sociales en todas las acciones que haya por la paz de Colombia. Quiero pedirles a los expresidentes Uribe y Pastrana que haya altura y cordialidad, y, ante todo, amor y dignidad hacia un país que necesita la paz”.

Juan Carlos Villamizar
Dirigente estudiantil exiliado por amenazas paramilitares

“Lo que pasó el domingo evidencia un conflicto político que en gran medida no corresponde al acuerdo suscrito en La Habana. Yo estuve recorriendo el país haciendo pedagogía para la paz y pude observar directamente que la gente no había leído las 297 páginas del acuerdo. Los que votaron No pensaron que no pasaría nada, pero ya vemos los efectos que no le explicaron a la gente. Ahora, creo que sería un error no escuchar a la sociedad colombiana, pero, en el fondo, el acuerdo como tal es lo mejor que se pudo haber logrado en las condiciones en las que estaba el país. Creo que el diálogo que plantea el presidente Santos no puede ser solamente entre los partidos políticos. Esa clase política que se está reuniendo es la que nos ha traído a este momento tan difícil y la única salida es que la sociedad civil asuma un papel protagónico y relevante en la gestión y resolución de este momento a través de un diálogo con la mesa de negociación, de una participación directa, como las marchas del miércoles, y de una veeduría”.

Francia Márquez
Desplazada por megaproyectos mineros

Para mí, los resultados del plebiscito son una muestra de la insolidaridad que hay en las ciudades, de la forma individualista de pensar. Por otra parte, en muchas regiones la gente no pudo salir a votar porque no tenían cómo movilizarse y además, los partidos políticos se supone que eran los llamados a hacer la pedagogía y no la hicieron. Esto nos pone en una situación de crisis y de desesperanza, quizás arriesgando el futuro de muchas personas que hemos vivido el conflicto armado. Esto frustra nuestro caminar, nuestros sueños y esperanzas de regresar a la tierra que nos vio nacer. Me preocupa ese asunto del Frente Nacional entre élites que excluye a las víctimas y a quienes en carne propia han vivido la guerra. Yo, víctima y mujer, creo que como movimiento social debemos apostar masivamente para lograr que este sueño no fracase. El llamado es a toda la ciudadanía y a las comunidades rurales para que la paz sea un éxito en nuestros territorios. 

Leyner Palacios
Víctima de la masacre de Bojayá

“La votación del domingo es la de un país sobre todo rural, que es consciente de la gravedad del conflicto y por eso grita de manera urgente que termine ya. Pero también es un país que es urbano, que ha visto la guerra por televisión, aunque no le toca en este momento vivir con un actor armado y saber lo grave que es eso. Lo que estamos haciendo es condenar a muerte a un país rural. El acuerdo sobre el tema de las víctimas salió adelante porque nosotros fuimos y dimos nuestro testimonio, y ese modelo de justicia está basado en el derecho a la verdad. Es triste que hoy se lleve al traste todo ese esfuerzo, esos dos años en la negociación de ese punto. La forma de superar esto es retomar lo esencial de los acuerdos. Desde las regiones estamos impulsando que los acuerdos se territorialicen, que se apliquen en la zona donde mayoritariamente dijimos Sí. Desde un movimiento civil social, étnico y rural se puede exigir el cumplimiento de la totalidad de los acuerdos”.

José Antequera
Hijo de José Antequera, líder de la UP asesinado

“En mi concepto, triunfó una campaña basada en mentiras sobre temas que no tenían nada que ver con el proceso de paz y de una manera que no significó realmente ningún triunfo, sino una situación de crisis para el país. Estoy seguro de que nosotros en La Habana hicimos un papel histórico no sólo porque logramos transformar imaginarios en ambas partes, sino porque logramos influir en el acuerdo de víctimas. Un acuerdo que muchas víctimas en el país y yo respaldamos y defendemos porque nos parece que está fundamentado en los principios y el derecho que hemos planteado. Apoyo la necesidad de que la sociedad colombiana se movilice, la paz no puede y no va a fracasar. Estamos convencidos de que este momento de crisis es una oportunidad para que se reafirmen los acuerdos”.

Soraya Bayuelo
Víctima de los Montes de María de paramilitares y Farc

“Yo siento que la gente de a pie, el que vive allá adentro de los Montes de María o que en Bogotá anda en la vida cotidiana, no tuvo la suficiente pedagogía para que se entendieran los acuerdos. El gobierno Santos hizo muy mal en entregarles la bandera de la paz a los políticos. La Iglesia no acompañó este proceso, fue muy tibia, y Uribe sacó provecho del discurso de las iglesias cristianas que quieren abrirse paso. Ahora estamos dispuestos a sentarnos con la guerrilla, con Uribe y con Santos. Esto no lo pueden resolver sólo Santos y Uribe. Exigimos como víctimas que en la mesa no hablen por nosotros. Escúchennos. Somos nosotros quienes hemos construido esta paz con nuestro sudor, lágrimas y muertos”.

Camilo Umaña
Hijo de Eduardo Umaña, abogado defensor de DD. HH.

Hoy tenemos un escenario en el que las posiciones oscilan entre el Sí y el No hacia los acuerdos, pero es muy difícil encontrar una posición que diga que prefiere la guerra sobre la paz. Y en ese aspecto, las víctimas hemos sido fundamentales, no solamente desde el escenario de La Habana, sino en los foros y la vida pública. La propuesta es insistir en la validez de las negociaciones, persistir en caminos de entendimiento para saldar las diferencias políticas y tratar de encontrar una vía jurídica adecuada que permita de manera simultánea legitimar los acuerdos políticamente y dotarlos de suficiente fuerza y vigor para que tengan validez plena.

Jineth Bedoya
Periodista secuestrada y torturada por paramilitares

Después de haber sentido el golpe al no tener el respaldo total a la firma del acuerdo, al hilar delgado es posible decir que sí hubo manipulación en las votaciones o que hubo mano sucia. Sin embargo, no podemos desconocer más de seis millones de votos; aquí se ha manifestado una inconformidad y es nuestra responsabilidad ciudadana afrontarla y buscarle una solución. Todo lo que se ha propuesto tiene algo de válido, pero todo tiene que ser revisado. Pido que se sigan teniendo como punto central a las víctimas y no se quede en una decisión entre dirigentes políticos. Ir a La Habana valió la pena, porque es la primera vez que en seis décadas se pudieron visibilizar ante el mundo los horrores que han tenido que vivir los colombianos por el conflicto armado. Si toca volver a recorrer todo el país haciendo pedagogía sobre los acuerdos, sin ninguna financiación, lo haremos. Las víctimas podemos hacerle entender al país la necesidad de que se acabe la guerra. Este no es el momento de retroceder.

General (r)  Luis Mendieta
Secuestrado por las Farc en la toma de Mitú

Hubo una acción enérgica y decidida del Estado para defender el Sí, pero muchos funcionarios no hicieron la tarea. Todos deseamos la paz y queremos que continúe el cese bilateral, por eso apoyo las recientes movilizaciones sociales de los jóvenes, que son el futuro. Tenemos que ver la situación como un paso positivo para incluir sectores marginados, como el Eln, y a las víctimas de las Farc que quedaron excluidas. El acuerdo nacional tiene que existir. Tiene que abrirse el espectro. La abstención en las elecciones indica que no hay representación de muchos sectores y hay que convocarlos a ellos para que se manifiesten.

Yessika Hoyos
Hija del sindicalista Jorge Darío Hoyos, asesinado

Es muy doloroso ver que las periferias del país, el sector rural y victimizado, haya votado por el Sí,  y que en ciudades principales donde no ha tocado el conflicto, se haya votado por el No. Y otra cosa muy triste es la alta abstención, la cual uno realmente no entiende. Hay que respaldar los acuerdos firmados, sé que hay un sector del No que no está de acuerdo, pero también hay un sector grande del No que votó por desconocimiento. Lo más importante es recoger las observaciones principales pero hay que tener claro que no vamos a volver a hacer todas las negociaciones. No vamos a esperar más, es el pueblo colombiano el que está poniendo las víctimas. No pueden salir ahora con que hay que esperar. No. La solución hay que encontrarla ya.

Por María Paula Rubiano/@pau_erre

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar