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Constructor de paz en Caldono, invitado de honor en festival de cine en Holanda

Farid Julicué registró en una libreta todas las tomas de las Farc a Caldono (Cauca) desde 1984. Cuando se firmó el Acuerdo de Paz, hizo que excombatientes y víctimas se encontraran en un escenario de reconciliación. Su historia protagoniza el documental “Un camino sin pavimentar para la paz”, que se lanzará este sábado 23 de marzo en La Haya (Holanda) en el festival "MoviesThat Matter".

Sebastián Forero Rueda / @Sebasforeror
23 de marzo de 2019 - 07:00 p. m.
El documental "Un camino sin pavimentar para la paz" muestra la lucha de Farid Julicué por poner cara a cara a los excombatientes de las Farc y a la comunidad de Caldono, en un espacio de reconciliación. / Daniel Álvarez
El documental "Un camino sin pavimentar para la paz" muestra la lucha de Farid Julicué por poner cara a cara a los excombatientes de las Farc y a la comunidad de Caldono, en un espacio de reconciliación. / Daniel Álvarez

A Farid Julicué nada le va a borrar de la memoria lo que pasó en Caldono (Cauca) el 12 de noviembre de 2001. Ese día, por primera vez, la comunidad se paró frente a los hombres del Frente VI de las Farc y les impidió tomarse de nuevo el pueblo. Para entonces ya hacía más de una década que la guerrilla había adoptado como práctica la toma de este municipio del norte del Cauca. Y no se le va a olvidar, entre otras, porque, así como sucedió con todas las tomas guerrilleras a Caldono, Julicué documentó ese hecho en una libreta que hoy guarda como un registro propio de la guerra en su municipio.

Una libreta que hoy registra 76 tomas guerrilleras al casco urbano de Caldono y 248 incluyendo veredas y corregimientos. Un registro que se eleva muy por encima de los datos oficiales, que hablan de 30 acciones guerrilleras en este municipio entre tomas y ataques – según el Centro Nacional de Memoria Histórica – pero que más allá de las discrepancias sitúan a Caldono como el segundo municipio con más incursiones guerrilleras, después de Toribío, también en Cauca.

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Para Farid Julicué anotarlo todo es una necesidad. Dice que desde que tiene memoria lo registra todo en un cuaderno y desde 1984 cada acción de las Farc en su municipio. Así, la bitácora de este campesino lleva escrito, por ejemplo, la tragedia de Armero en 1985 o la firma de la Constituyente en 1991. Pero desde que se firmó el Acuerdo Final de La Habana y un grupo de guerrilleros se concentró en un espacio de reincorporación habilitado en Caldono, se le convirtió en obsesión agregar un evento más a su libreta: quiso juntar a excombatientes y víctimas para que se miraran cara a cara en un escenario de reconciliación.

Cuando se planteó ese desafío, se le cruzó en el camino Jaap van´t Kruis, un documentalista y director holandés que había llegado a Colombia hace unos años y que había escuchado de la posibilidad real de la firma de la paz con las Farc. El extranjero también tenía un propósito: seguir de cerca y registrar el tránsito de algunos exguerrilleros a la vida civil. Investigando sobre el tema, encontró que Caldono era el escenario ideal para su objetivo, por lo representativo que era su caso para el país.

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Pero cuando van´t Kruis conoció a Farid Julicué y supo de la idea que tenía en mente, se propuso acompañar y registrar todo el proceso del líder campesino hasta que viera materializado su proyecto.

Pie de foto: Farid Julicué junto a Jaap van"t Kruis, documentalista y director holandés que registró todo el proceso del líder campesino para realizar el encuentro en Caldono entre víctimas y excombatientes de las Farc.

Lo acompañó, por ejemplo, cuando Julicué fue a tocar las puertas del espacio de reincorporación de Caldono para proponerle a uno de los excomandantes guerrilleros el encuentro con la comunidad del municipio.

“Cuando estaba frente al comandante me temblaban las piernas, casi no podía ni hablar. Le dije ‘vengo a hablar con usted por la comunidad de Caldono porque usted sabe que ha sido una de las más afectadas por la violencia’. Me dijo ‘¿y cuál es la idea?’, le dije ‘pues ustedes algún día van a ir a vivir al municipio porque ustedes también son de allá, la idea es que nos sentemos todos a construir paz’. Me dijo: tiene razón”, relata Julicué.

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Sin embargo, el otro reto era convencer a la comunidad. Cuando les habló de encontrarse con los excombatientes, dice, encontró una enorme resistencia. “Yo les decía que la paz no es un decreto, no es una ley, si hubiera sido así cualquier presidente hubiera hecho el decreto y ya. La paz nos toca es a nosotros, todos tenemos que luchar para el mismo lado”.

El encuentro que estaba preparando Farid Julicué no era el primer foro de paz que realizaba en Caldono. Desde 2013, cada 12 de noviembre – en honor al día que le hicieron resistencia civil a las Farc – reunía a representantes de la iglesia católica, protestante y varias evangélicas, que según cuenta tienen divisiones profundas en la región. Haberlas sentado en un mismo espacio había sido un logro.

Pero con miedo de que los excombatientes de las Farc pudieran optar por no acudir al encuentro, Julicué decidió adelantarlo unos meses y fijó la fecha para el 27 de julio de 2017. El lugar escogido también era simbólico: la escuela urbana de varones, derribada durante la toma guerrillera del 23 de febrero de 1997.

Julicué ubicó a los tres excombatientes de las Farc que acudieron al encuentro en medio de la comunidad, sin revelar que estaban allí por parte de la exguerrilla. En el transcurso del encuentro, las víctimas se levantaron y una a una fueron lanzando improperios contra las Farc por las afectaciones de las que había sido víctima su municipio. Sin embargo, cuando fue el turno para los excombatientes y se levantaron en medio de ellos, los asistentes se quedaron mudos. No podían creer que los exguerrilleros acababan de escuchar de primera mano todos los reclamos de la comunidad.

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Por su parte, Marcela, Leonardo y Tatiana, los tres exfarianos presentes, se levantaron y a su manera, “muy calculada” según cuenta van’t Kruis, pidieron perdón. No sin antes reclamar ese mismo perdón de otros actores involucrados en el conflicto armado, como el Ejército y los paramilitares.

El encuentro quedaría registrado en el documental que realizó Jaap van’t Kruis como el momento culmen para la lucha de Farid Julicué por la construcción de paz en Caldono. Una producción audiovisual que lleva el nombre de “Un camino sin pavimentar para la paz” y que será presentada ante el mundo en el festival Movies That Matter (Películas que importan) de La Haya, en Holanda.

Un festival dedicado de lleno a producciones audiovisuales sobre la situación de derechos humanos en el mundo y que para la edición de 2019 tendrá, al lado de Farid Julicué, a defensores de Uzbekistán, Afganistán, Indonesia o Venezuela.

Este sábado 23 de marzo, la libreta de este campesino de Caldono registrará una nueva hazaña. Su lucha por la construcción de paz en su municipio será proyectada ante 21.000 personas de todo el mundo, que por un momento pondrán sus ojos sobre Colombia.

Vea la presentación que el Festival hizo de Farid Julicué:

Por Sebastián Forero Rueda / @Sebasforeror

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