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Se necesita la verdad de los archivos de inteligencia del Estado

Dejusticia
31 de marzo de 2017 - 10:28 p. m.

Por: Vivian Newman, subdirectora de Dejusticia.

"Esta Unidad (del DAS) no realizó ningún operativo a excepción de las misiones de trabajo de rutina realizadas por los Detectives como son Tortura Sicológica, Secuestro Simple y Extorsión” (sic) Dice un oficio de julio de 1993 del DAS, según reporta la oficina de Naciones Unidas en su informe sobre la situación de Derechos Humanos en Colombia en 2015. Se trata del mismo DAS cuya Comisión de Depuración presentó a la Presidencia un informe de recomendaciones que no han sido discutidas públicamente y a cuyos archivos no ha podido acceder la ciudadanía porque los documentos de inteligencia son secretos. Los mismos archivos que junto con el resto de información de inteligencia de las instituciones de seguridad del Estado queremos conocer para avanzar en el proceso de transición y reconciliación.

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La información es la materia prima de la transición a la paz. Sin la información de la Fiscalía, de la Procuraduría, de la Fuerza Pública y de la guerrilla los jueces no pueden juzgar a las partes y las víctimas no pueden ser reparadas ni los hechos que se le atribuyen a víctimas y victimarios podrán ser esclarecidos en términos de reputaciones y motivaciones. Tampoco la sociedad podrá  conocer las violaciones a derechos humanos ni entender el contexto histórico, los periodistas no podrán informar, los colegios no pueden educar, ni los centros de memoria y los museos pueden contribuir a la verdad y a la memoria colectivas. 

En el acuerdo de paz está claro que a los jueces de la JEP no se les podrá negar el acceso a ningún documento ni archivo, incluso de seguridad.  Pero ¿cómo harán la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia  y la No Repetición, La Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas y la sociedad en general para conocer esa información si en los acuerdos de paz no hay ninguna fórmula diferente a la de una remisión a las leyes vigentes y éstas son insuficientes?

En “Acceso a los archivos de inteligencia y contraingeligencia en el marco del posacuerdo” Dejusticia propone varios caminos para responder a esa pregunta. Aquí explicamos, primero, que existe una dificultad en identificar los archivos que contengan violaciones de derechos humanos y explicamos la tensión existente entre las normas aplicables de inteligencia y las de transparencia.

La Fuerza Pública interpreta de forma parcial la ley de inteligencia para proteger toda su información y olvida que, según una interpretación armónica, lógica y sistémica, que tenga en cuenta el precedente jurisprudencial, debe motivar y explicar cuándo no se quiere entregar cierta información. Segundo, Dejusticia propone crear una normativa nueva que ordene la creación de comisiones de archiveros con la misión de tomar el control de los documentos, e impedir su quema o supresión, además de otorgarle prevalencia en el acceso a esta documentación a los mecanismos de justicia transicional como la Comisión de la Verdad y la Unidad de Desaparecidos.

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Tercero, solicitamos la desclasificación de archivos de inteligencia con base en su contribución al interés general y al hecho de que no sea información que ponga en peligro la vida de personas que hayan participado recientemente en el conflicto ni que afecten la democracia. Tal y como se hizo en Hungría en el 2003. Finalmente, propendemos por el acceso a documentos desclasificados por terceros países, bajo el entendido de la experta Priscilla B. Haynes, que considera que, por ejemplo, Estados Unidos es una fuente importante de información para cualquier territorio ya que ha estado muy involucrado en diferentes conflictos. Contamos pues con herramientas para levantar la reserva de la inteligencia, abrir el pasado y aportar a la reconciliación.

Se dirá que todo lo anterior conlleva a mirar para atrás y que tenemos que dejar de usar el espejo retrovisor.  Pero lo cierto es que el  pasado es una gran ayuda para entender los sucesos e identificar las falencias, las debilidades, los errores que condujeron a las violaciones.  El espejo retrovisor es necesario precisamente para dejar de mirar para atrás y concentrarse en el futuro de las instituciones, entre las cuales están las de seguridad, que podrán reorientarse para evitar que se recicle la guerra, ofreciendo verdaderas garantías de no repetición. 

*Este libro hace parte de la colección "Ideas para construir la paz" de Dejusticia, compuesta por diez documentos temáticos que ofrecen diagnósticos y propuestas sobre algunos de los retos centrales del posacuerdo en Colombia.

 

 

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