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Haciendo País

Mensaje para que el futuro presidente conserve el acuerdo de paz

Columnista invitado
05 de junio de 2018 - 09:43 p. m.

Por La paz querida*.

1. El acuerdo de paz firmado por las Farc con el Gobierno Nacional logró: El desarme de la más antigua y numerosa organización rebelde. La aceptación por parte de los insurgentes de la institucionalidad vigente cuyo marco fundamental es la Carta Política de 1991. La reivindicación de las víctimas a través de procesos de petición de perdón y procesos efectivos de reparación. La posibilidad de un desarrollo agrario con justicia social para los campesinos. Asimismo, la incorporación a la democracia de personas cuyas propuestas políticas tendrán como supremo juez la voluntad popular y la garantía de no repetición a través de mecanismos jurídicos especiales para una transición del conflicto armado hacia una paz estable y duradera.

2. Hemos visto inmensos beneficios sociales alcanzados a partir de la firma de los Acuerdos: la disminución del número de homicidios, el reducido número de heridos de miembros de las Fuerzas Militares, el retorno a sus hogares de menores de edad que habían sido reclutados, la eliminación de minas antipersona en todo el territorio nacional, el aumento de la producción agropecuaria, y, finalmente, la ausencia de amenazas o de acciones armadas en el último certamen electoral, cuyo corolario es el fortalecimiento de la calidad de nuestra democracia.

3. El acuerdo de La Habana, luego de la derrota por estrecho margen en el plebiscito de 2016 y de algunas modificaciones acordadas con los partidarios del NO, fue aprobado por el Congreso de la República y revisado por la Corte Constitucional, lo cual lo convierte en un compromiso del Estado colombiano. Es indiscutible el apoyo y respaldo que ha dado la comunidad internacional a los acuerdos de paz, considerados como el mejor ejemplo alcanzado en el siglo XXI en una negociación  política para alcanzar la paz. No cumplir los acuerdos pone en riesgo nuestra credibilidad como sociedad que resolver conflictos de manera pacífica.

4. Los casi 10 millones de votos (51% de la votación) que recibieron los candidatos que expresaron durante su campaña su compromiso con la implementación de los acuerdos demuestran el apoyo decidido de los colombianos y las colombianas a estos acuerdos, a pesar de cualquier imperfección.

5. Dado que la piedra angular de un acuerdo de paz es permitir que los antiguos combatientes puedan organizarse y expresarse políticamente, vemos con preocupación planteamientos en las campañas presidenciales que impedirían dicho ejercicio. Pretenden aplicar normas ordinarias que son ajenas al hecho de que una paz negociada debe permitir el tránsito hacia la normalidad desde una situación anómala de violencia.

El incumplimiento de lo acordado tendría inmensas consecuencias para la consolidación de la paz, para los desmovilizados, para las víctimas y para el establecimiento de la verdad. Sería a la vez un ejemplo negativo para las nuevas generaciones de no saber construir sobre lo construido.

También nos preocupa que la lucha contra la violencia, producida por otros factores delincuenciales como el narcotráfico, pueda ser afrontada como una nueva guerra. Esta definición bélica pone en peligro a poblaciones enteras que conviven con la criminalidad rica y poderosa en algunas regiones.

6. El esfuerzo para consolidar la paz compromete al próximo presidente de la República y a toda la nación; a los mandatarios regionales; a las fuerzas sociales; a toda la ciudadanía. Se trata de generar confianza en el futuro en esas regiones marginales y ofrecerles ser protagonistas en la construcción de un Estado más justo e incluyente.          

7. Se hace necesario, entonces, continuar con la tarea de implementar los acuerdos, apoyar de manera decidida la Justicia Especial para la Paz; la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición; y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Que quienes formaron parte de la guerrilla y dejaron las armas, así como los miembros de las Fuerzas Militares y los terceros, tengan la oportunidad de acogerse a unas normas que, además de la imposición de sanciones restaurativas, buscan cerrar heridas causadas por el conflicto y evitar la repetición.

Tenemos hacia adelante el reto inmenso de cumplirle a los campesinos con el desarrollo rural y con el cierre de la brecha inmensa entre el campo y la ciudad y a los millones de colombianos excluidos del crecimiento económico y el bienestar, así como seguir avanzando en crear condiciones de equidad y convivencia, pues la Paz es una oportunidad y una ganancia para todas las personas que habitan el territorio nacional.

*@PazQuerida

 

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