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Haciendo País

Las amenazas de la paz desde la perspectiva del lavado de activos

Columnista invitado
25 de abril de 2017 - 11:35 a. m.

Por: Alberto Lozano Vila*

La semana anterior fue particularmente movida en cuanto a noticias relacionadas con el Acuerdo de Paz. En primer lugar, el Gobierno anunció el hallazgo de una caleta con armamento, ante lo cual el máximo líder de las Farc, Timoleón Jiménez, sostuvo en su cuenta de Twitter que “hay 900 caletas” listas para que sean recogidas junto a delegados de la ONU.

Además, varios medios informaron que un hermano del líder de las Farc Seusis Pausivas Hernández, conocido como ‘Jesús Santrich’, se reunió con algunos alcaldes municipales en el departamento de Sucre para solicitarles el envío de unos proyectos de desarrollo, situación que generó bastante polémica en varios espacios de opinión.

Este tipo de casos permite recordar que el Acuerdo se enfrenta a un sin número de amenazas y vulnerabilidades y por eso, más que nunca, es necesario entender que –más allá de las diferencias ideológicas– es necesario identificar los riesgos, medirlos, controlarlos y monitorearlos.

¿Cuál es el riesgo?

En términos muy generales el riesgo se define como una desviación frente a los objetivos planteados. En concreto los riesgos del Acuerdo de Paz, desde la perspectiva del lavado de activos, se resumen en que las Farc están en un proceso de tránsito a la legalidad y hay riesgo de que sigan delinquiendo.

Son tres los escenarios que en este aspecto se pueden identificar: que decidan no entregar sus activos, que continúen recibiendo rentas ilícitas y que usen los recursos lícitos que reciban para actividades ilícitas como corrupción, fraude electoral o apoyo a otros grupos terroristas.

Las metodologías de gestión de riesgo –como el Modelo Estándar de Control Interno para las entidades públicas (MECI), la norma NTC-ISO 31000 y la COSO ERM– establecen, con toda la lógica, que el riesgo debe ser medido por sus dos componentes principales: la probabilidad y el impacto.

Empecemos por el impacto. En este tema del lavado de activos todas las ideologías u opiniones tienen arsenal suficiente para sustentar sus posiciones, pues existen dos escenarios extremos sustentados por la cifra citada por el respetado medio The Economist y la cínica declaración de alias ‘Iván Márquez’ en la que dijo que las Farc no tienen dinero.

En consecuencia, tenemos un enorme rango entre cero y USD 10.500 millones de dólares. No conozco un estudio serio y basado en fuentes de inteligencia que resuelva la incertidumbre de la plata de las Farc, lo cual no quiere decir que no exista. Sin embargo, no podemos quedarnos paralizados por la incertidumbre o la ausencia de consenso sobre este tema.

La eventual existencia de un solo peso fruto del narcotráfico de las Farc en una campaña política o la combinación de formas de lucha legales e ilegales tendrían un impacto catastrófico, más allá del económico, para la democracia y la seguridad de nuestro país. Por lo tanto, más allá de las cifras, el hecho de no cumplir con lo acordado desde el punto vista financiero tendría un impacto muy alto.

Recordemos que, en el Acuerdo, las Farc se comprometen a contribuir de manera efectiva con la solución definitiva al problema de las drogas ilícitas para lo cual pondrán fin a cualquier relación con el fenómeno del narcotráfico. Y también que la guerrilla debe colaborar en el esclarecimiento de la relación entre el conflicto y el cultivo, la producción y la comercialización de drogas ilícitas y el lavado de activos derivados de este fenómeno, y resarcir a las víctimas con el inventario de todos los activos obtenidos directa o indirectamente con ocasión de la guerra.

Ahora sigamos con la probabilidad. ¿Van los miembros de las Farc a cumplir con lo acordado o desconocerán los acuerdos que los obligan a devolver el dinero y dejar de cometer delitos como el narcotráfico o el lavado de activos? Un gestor de riesgo no pierde tiempo tratando de apostarle a un solo escenario y como todos los escenarios son hipotéticamente posibles, el país debe prepararse para enfrentarlos.

Para efectos de este artículo podemos decir que tenemos tres escenarios básicos: cumplimiento total con pequeños incidentes menores, cumplimiento parcial e incumplimiento sistemático. Será el tiempo el que nos permitirá saber cuál de estos escenarios es el más probable, pues los riesgos evolucionan.

¿Qué hacer ante la incertidumbre?

Como no podemos apostarle irresponsablemente a un solo escenario, el país debe estar preparado para todas las posibilidades en medio de este Acuerdo. Es importante que se fortalezcan los controles al lavado de activos que actualmente existen y se enfoquen en las actividades económicas relacionadas con el Acuerdo de paz.

A su vez, la comunidad internacional, el Gobierno y la ciudadanía deben hacerle seguimiento al cumplimiento de los acuerdos, entre ellas el rompimiento de todo vínculo de las Farc con el narcotráfico, la reparación de las víctimas, el mapeo de la cadena de valor del tráfico de drogas y la expedición de un Estatuto contra las finanzas ilícitas.

Siempre he manifestado mi optimismo con el Acuerdo y no lo he perdido, pero como gestor de riesgo –recordemos que los funcionarios públicos deben ser también gestores de riesgo– debemos hacer lo que manda el proverbio inglés del siglo XVI: “esperemos lo mejor, pero preparémonos para lo peor”.

*Exdirector de la Uiaf. Director de Infolaft. Experto internacional en prevención del

 

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