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Eln: Elementos básicos de comprensión (I)

Sebastián Pacheco Jiménez
08 de febrero de 2019 - 10:09 p. m.

Lo primero, enviar un mensaje de apoyo y solidaridad a las victimas y las familias de los afectados por causa del atentado en la Escuela de Policía General Santander. Ninguna persona debería ser víctima de la radicalización y la violencia por causas políticas.

Este hecho ha generado gran suspicacia, debates y comentarios en la opinión pública, de parte de quienes apoyan los procesos de negociación como medio para la solución de conflictos y quienes propugnan por una salida militar al problema. Más allá de ese debate so pena de ser blanco de uno u otro grupo; para estudiar la posible solución a este conflicto, es necesario establecer unas claridades sobre lo que representa el ELN como organización armada ilegal y sus diferencias con las FARC, con el fin de esclarecer los escenarios con que se cuenta ante una posible reapertura de las negociaciones. De ahí una serie de columnas, de las cuales esta será la primera, que ayudarán a los lectores a identificar algunas características generales de ambos grupos insurgentes y que parte desde una perspectiva investigativa sobre seguridad, desprovista de pretensión política alguna.

Así entonces, lo primero es señalar que el proceso de negociación que se adelantó con las FARC en la Habana y que concluyó con los acuerdos del Teatro Colón, no podrá replicarse de forma exacta con la guerrilla del ELN, ya que, por principio constitutivo, estructura, organización, intereses, ubicación geográfica, plan armado, entre otros elementos, son organizaciones diferentes y los acercamientos, así como las demandas de la sociedad deben contemplar estas particularidades. La negociación es un proceso que debe ser consecuente con la realidad política y militar de los negociantes, negarse a ello solo conlleva a que la paz se constituya como un fin utópico.   

Claro es, que las FARC poseían una estructura mucho más vertical y con mando unificado; a diferencia de ellos, los frentes de guerra del ELN actúan de forma más independiente en relación a un control centralizado, llevando a que se describa como un orden federativo, calificativo que, aunque carece de precisión resulta ilustrativo, ya que el nivel de decisión de los cabecillas de cada uno de los frentes es tangencialmente superior al que en su momento tuvieron los de las desaparecidas FARC - EP.

Las estructuras de las dos organizaciones subversivas podrían compararse conforme a la siguiente tabla:

FARC

ELN

Secretariado

Comando Central (COCE)

Estado Mayor

Dirección Nacional (DINAL)

Bloque

Frente de Guerra

Frentes

Frentes

 
El Ejército de Liberación Nacional se compone fundamentalmente por seis frentes de guerra: el Nororiental, que actúa principalmente en el Catatumbo; el Norte, que opera en Cesar y Córdoba; el Oriental, que actúan en el territorio denominado ABC (Arauca, Boyacá y Casanare); el Frente de Guerra Darío Ramírez Castro, en el Sur de Bolívar y en el Bajo Cauca; el Frente de Guerra Suroccidental, en los departamentos de Nariño y Cauca y el poderoso Frente Occidental, que actúa principalmente en el departamento de Chocó.

Como complemento a ellos, se encuentra el Frente de Guerra Urbano Nacional, que posee un alto nivel de ocultamiento y que opera en las principales ciudades de Colombia. Este es quizás uno de los grupos que ha mantenido en la mayor clandestinidad sus acciones a lo largo de la historia colombiana, al punto que sostuvieron su anonimato inclusive frente a la mesa de negociación de la Habana. La identificación y persecución de este último por parte de las autoridades representa un reto mayúsculo, ya que actúan de forma velada, siempre de civil y en ciudades densamente pobladas, en particular en algunas universidades y centros de pensamiento.

Estas estructuras armadas tienen como elemento particular que no han crecido con una lógica de interconexión geográfica en la que sus frentes de guerra tengan corredores de movilidad como fortín militar, lo que a su vez se plantea como una diferencia fundamental con las FARC y que ayuda a explicar el creciente poder y control de los cabecillas regionales.

Así entonces,  se debe señalar que el COCE no tiene el mismo nivel de control sobre sus tropas comparado al  que en su momento acumuló el secretariado de las FARC, su presencia física es considerablemente inferior y no podría entenderse como de nivel nacional;  así mismo la capacidad de acción y de generar presión por parte de los mandos medios es amplísima frente a los negociadores designados, es decir, es una organización que  manifiesta características policefalicas, lo que es determinante al momento de conducir su análisis. Al respecto véase comunicado de Pablo Beltrán sobre el desconocimiento del COCE sobre el atentado.

Hasta aquí una referencia a la relación de la guerrilla del ELN frente a las FARC y su relación con el territorio. En la segunda entrega expondré algunos elementos orientadores sobre la capacidad, cabecillas y fuentes de financiación de ese grupo armado.

 

 jspachecoj@hotmail.com

 

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