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¿Por qué se suicidan los indígenas del Vaupés?

El desarraigo del territorio y el choque con la cultura occidental, dos de las causas por las que este departamento sigue siendo el primero con más intentos y suicidios consumados en el país.

Edinson Arley Bolaños / @eabolanos
27 de septiembre de 2018 - 11:00 a. m.
El Vaupés es el departamento que más etnias tiene en el país con 27 pueblos indígenas. /Foto-ilustración. Cortesía Emerson Castro.
El Vaupés es el departamento que más etnias tiene en el país con 27 pueblos indígenas. /Foto-ilustración. Cortesía Emerson Castro.

En la comunidad de Pueblo Nuevo, a 12 kilómetros de Mitú, en la institución educativa -que también es internado- hay 12 niñas entre los 9 y 15 años que presentan episodios de convulsiones, desde mayo pasado. Las autoridades departamentales están alarmadas, cuenta Jesús Pedreros, médico tradicional del gran resguardo indígena del Vaupés, quien trabaja con la Secretaría de Salud para entender y controlar la enfermedad de las jóvenes, que las ha llevado, según ellos, a intentar suicidarse. En Murutinga, población indígena asentada cerca de la frontera con Brasil, ocho comuneros de la etnia cubeos y de una misma familia se quitaron la vida. Pedreros, quien es oriundo de esta comunidad, ha contado 20 tumbas de indígenas sepultados en los caminos de herradura a raíz de este flagelo.

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En lo corrido de 2018, la Secretaría de Salud del Vaupés ha documentado 74 casos de jóvenes indígenas que intentaron suicidarse solo en el municipio de Mitú, de los cuales seis casos se consumaron. “La conclusión preliminar de los payés (médicos ancestrales) es que, por ejemplo, la comunidad de Pueblo Nuevo está asentada en un sitio sin protección natural, “que es la razón de ser de nosotros los indígenas”, comentó Wilson Gómez Martínez, un indígena cubeo y docente encargado de los internos del plantel educativo. Para Pedreros, la razón es un mal que sembró un médico “brujo” y por eso el tema hay que tratarlo entre médicos occidentales e indígenas.

Ni son de aquí ni son de allá

La cosmogonía indígena casi que fue exterminada en muchos territorios ancestrales del Vaupés. Durante los años más duros del conflicto armado, según datos de la Unidad Nacional de Víctimas, entre 1996 y septiembre de 2018, más de 11.000 personas (en su mayoría indígenas) fueron desplazadas desde sus lugares de origen a otros más cercanos a la capital. A Mitú arribaron 4.800 desterrados por la violencia en dicho período. Los desarraigó la confrontación entre la Fuerza Pública y el entonces frente 1° Armando Ríos de las Farc, que tuvo en su poder durante casi una década a los secuestrados que fueron liberados en la Operación Jaque.

Por eso, los desplazamientos entre 2003 y 2005 aumentaron en un 300 % en el departamento, reveló en 2007 el entonces Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia de la República. No era para menos, pues en las zonas selváticas de confrontación las balas caían desde el aire o les pasaban por el lado a los indígenas. Así, por ejemplo, en abril de 2007, el Ejército empezó la Operación Tifón, cuyo objetivo era cercar al frente 1° de las Farc en el corregimiento departamental de Pacoa, en inmediaciones del río Apaporis. Días después, el 27 de abril, el subintendente John Frank Pinchao se escapó de sus captores, y las bombas y las balas arreciaron en la búsqueda del uniformado que duró 12 días perdido en la selva hasta que una comunidad indígena lo puso a salvo. Entre 1996 y 2018, de Pacoa salieron 178 indígenas y de Carurú, 1.766. De la zona rural de Mitú se desplazaron internamente 8.934 aborígenes.

¿Qué tiene que ver esto con la conducta suicida? Según Nubia Bautista, médica psiquiatra y coordinadora del grupo de gestión integrada para la salud mental del Ministerio de Salud, el suicidio en los indígenas obedece a otros determinantes de orden cultural y social relacionados con la afectación de sus territorios y con el desplazamiento forzado. “Tiene que ver con los fenómenos de transculturación a los que se ven sometidos cuando deben pasar de sus comunidades a cascos urbanos donde hay otras influencias”, explicó.

Por eso, aunque no han descartado los dictámenes de la medicina occidental, que insiste en atribuir este fenómeno a conflictos de pareja, enfermedades mentales, consumo de sustancias psicoactivas, entre otras variables, el gobierno propio del Vaupés y la Secretaría de Salud tienen claro que deben atacar la problemática sin dejar de lado la medicina tradicional.

Como lo hicieron en el caso de las niñas del colegio de Pueblo Nuevo. Ellas fueron tratadas por un payé, quien utilizando agua bendita calmó el fenómeno, que se desata como un efecto dominó cuando la convulsión ataca a alguna de las indígenas. Por su parte, Pedreros sigue buscando en el territorio al médico ancestral que pueda dar un diagnóstico desde la cosmovisión indígena.

No obstante, aunque esta enfermedad ataca a las mujeres, en el tema de los intentos y del suicidio consumado, los hombres indígenas son los más afectados. En 2017, según información del Ministerio de Salud, 36 intentaron quitarse la vida, de los 57 casos que se registraron en ese año en el departamento. “El intento es más frecuente en hombres, lo que difiere del patrón nacional, ya que en el país es más frecuente en mujeres”, dice el Ministerio de Salud.

Y una de las razones justamente es el desarraigo de sus territorios y el choque con la cultura occidental. “Los hombres indígenas, especialmente los jóvenes, se encuentran socialmente más exigidos en esta coyuntura cultural. Por ejemplo, los hombres que van a los internados pierden o les cuestionan su lugar social, porque las mujeres se fijan en los colonos y no en ellos. Es decir, pierden la oportunidad de consolidar un núcleo familiar como tradicionalmente lo venían haciendo. Así que, aparte de perder el territorio y de verse desplazados, inmersos de manera abrupta en una zona urbana que no es la suya, se ven con menos posibilidades de empleo y educación”, explicó Nubia Bautista.

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Del alcohol al suicidio

A partir de 2016, el Estado colombiano, a través del Ministerio de Salud, incluyó la conducta suicida dentro de los eventos de vigilancia epidemiológica obligatoria para tener un registro más profundo sobre este fenómeno. Por eso, el reporte más reciente de la entidad es que la tasa de intentos de suicidio en el Vaupés fue de 128 casos por cada 100 mil habitantes en 2017, mientras que la cifra nacional alcanzó los 52. El objetivo es dejar de contar muertos y gestionar el riesgo para detectar a tiempo los intentos de suicidio.

En Colombia, tres personas diariamente intentan suicidarse y el fenómeno generalmente está afectando a las personas entre los 20 y 29 años, pero el intento aparece desde los 15, y hay casos documentados de niños de 9. En el mundo, cada año entre 800 mil y un millón de personas se suicidan, señala la Organización Mundial de la Salud. Pero los intentos son 20 veces mayores, es decir, por cada persona que se suicida, hay por lo menos 20 intentándolo.

En cuanto a los mecanismos utilizados, la información del Ministerio de Salud difiere de la que tiene la Secretaría de Salud del Vaupés. Esto es, que mientras el primero dice que es la intoxicación, para la entidad territorial los intentos que se registraron desde 2016 hasta enero de 2018, en su mayoría (54) fueron por ahorcamiento. Le sigue envenenamiento, con 31 casos, y arma cortopunzante, con 5.

“La mayoría de los que se han suicidado estaban previamente en estado de embriaguez”, contó Pedreros, para significar la problemática de alcoholismo que estarían viviendo estas comunidades.

Mientras el Minsalud explica que, desde hace 12 años, viene trabajando en una política nacional con las autoridades tradicionales con el fin de encontrar una ruta para prevenir el suicidio, los indígenas no encuentran sosiego. Por el casco urbano de Mitú deambulan los fines de semana sin oportunidades. Los sacaron de su hábitat natural donde estaba la selva, la caza y, sobre todo, donde no importaban las cosas materiales. Ahora compiten con los occidentales por ellas y, ante su fracaso, algunos prefieren morir.

 

Por Edinson Arley Bolaños / @eabolanos

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