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Pondores, la primera zona veredal para el fin de las Farc

Recorrimos las cuatro hectáreas donde 220 hombres de esta guerrilla dejarán sus armas a más tardar en mayo de 2017. Así funcionarán las veinte zonas veredales y los seis puntos transitorios para la desmovilización de las Farc.

Edinson Arley Bolaños / @eabolanos
27 de diciembre de 2016 - 11:43 p. m.
26 batallones del Ejército brindarán seguridad a las 27 zonas veredales. / Mecanismo de Monitoreo y Verificación
26 batallones del Ejército brindarán seguridad a las 27 zonas veredales. / Mecanismo de Monitoreo y Verificación

La buseta que llevaba a los periodistas rumbo a la zona veredal de Pondores se desvió del camino y parqueó en un campamento de preconcentración de las Farc en el municipio de Fonseca, La Guajira. De repente salieron dos hombres de civil con radios en la cintura y preguntaron por qué se tomaban fotos. El sábado 17 de diciembre de 2016 fue el día D16 en la implementación del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc. Ese día se inauguró la primera zona veredal, donde se concentrarán 220 hombres del Bloque Martín Caballero, que agrupa los frentes 19, 41, 59 y la Unidad Efraín Guzmán. Queda en la vereda Pondores y ha sido elegido como el lugar para que los combatientes del norte de Colombia dejen las armas para siempre.

(Vea nuestro especial sobre las zonas veredales) 

El terreno donde se construyen los campamentos tiene cuatro hectáreas. Allí dormirán los guerrilleros hasta terminar el proceso de reintegración a la vida civil, para salir a lucharse la vida sin armas. Está a diez minutos en carro del corregimiento de Conejo y a un cuarto de hora del sitio donde hoy están preagrupadas las Farc. Conejo es un sitio del que se empezó a hablar a principios del año, cuando se conocieron fotografías de un grupo de jefes guerrilleros haciendo pedagogía de los acuerdos en plena plaza pública.

Fue uno de los primeros eventos públicos en que participaron los líderes de la guerrilla. En las fotos se veía a Iván Márquez, a Joaquín Gómez y a varios guerrilleros vistiendo uniformes de las Farc y armados en un colegio de Fonseca. Este episodio marcó un punto de quiebre en el proceso de paz. En principio se suspendieron la labores de pedagogía y se tuvo que diseñar un protocolo para desarrollar esta labor.

Para llegar a Pondores desde Bogotá, primero aterrizamos en Valledupar. Cerca del centro de la capital del Cesar queda la sede regional del Mecanismo de Monitoreo y Verificación encargado de dirigir todo el desarme y el cese al fuego en las zonas veredales de San José del Oriente, municipio de Cesar, y Pondores (La Guajira).

“Los escoltas se quedan afuera”, dijo un español que lucía un chaleco gris con un letrero en la espalda: “Mecanismo de Monitoreo y Verificación”. Se lo dijo a los hombres de seguridad del alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo.

Aterrizamos en la base aérea de Fonseca. Después de la pista del helicóptero, 15 carros esperaban en fila la comisión que iría a verificar la situación en la zona. “Hemos realizado 14 evacuaciones de emergencia de gente de las Farc hacia diferentes hospitales de la zona, específicamente por enfermedades respiratorias. Y también se ha realizado actividad de monitoreo desde el momento en que llegamos a esta sede, que fue el 8 de diciembre. Asimismo están participando las Farc y un equipo de monitoreo en un torneo de las olimpiadas por la paz que está llevando a cabo la Alcaldía en el corregimiento de Conejo. Elio en ajedrez y Yaneth en el equipo de fútbol femenino”, dijo el coronel salvadoreño Luis Meléndez, jefe de la sede local Pondores.

Antes de llegar a la zona veredal, a la entrada de la carretera destapada, hay una valla en aluminio que dice: “Punto Transitorio de Normalización Pondores, Guajira”. De ahí en adelante comienza la zona, que tiene cuatro hectáreas y que está a mil metros del batallón del Ejército que presta seguridad al punto de concentración. Los hombres del Ejército que antes buscaban a los miembros de las Farc, ahora están vestidos de camuflado beige, como preparados para un enfrentamiento en el desierto, pero ahora para atacar a los enemigos de la guerrilla. Antes, estaban en la selva camuflándose de los insurgentes, hoy los cuidan.

Más adelante queda un puesto de la Unidad Policial para la Seguridad de la Paz (Unipep). Esta es la encargada de proteger a los miembros del Mecanismo de Monitoreo y Verificación y será una comisión dirigida por el general Álvaro Pico Malaver. De igual forma, habrá una zona adecuada para la recepción de las personas que vienen a visitar a los integrantes de las Farc: las familias, los medios de comunicación o personas que quieran reunirse con la guerrilla.

En total, el mecanismo de Pondores y las demás zonas veredales tienen doce integrantes internacionales, nueve de las Farc y nueve del Gobierno (Fuerzas Militares), que fueron capacitados por Naciones Unidas para desarrollar esta labor. Son veinte Puntos Transitorios de Normalización (PTN) y siete Puntos de Preagrupamiento Temporal (PPT). A más tardar el 31 de diciembre de 2016 tendrán que estar todos los integrantes de la guerrilla para iniciar el proceso de desarme y su tránsito a la vida civil. En el caso de Pondores, serán 220 hombres los que decidieron parar esta guerra y abandonar la violencia como mecanismo para resolver los conflictos.

“Vamos sacando adelante lo acordado. Estamos en el punto de construir la paz y empezar a hacer realidad ese trabajo inmenso que se desarrolló en La Habana a partir de 2012 hasta este año, que firmamos el acuerdo final. Nos hemos enfrentado a varias dificultades, pero lo que yo quiero resaltar es la voluntad para sacar adelante los acuerdos. Seguramente por el ir y venir de los últimos acontecimientos no vamos a poder cumplir con las fechas exactas, pero hagan el favor e informan a Colombia y al mundo que estamos en el propósito de acercarnos a ese cumplimiento”, dijo el comandante de las Farc Marcos Calarcá.

Ese sábado, en medio del calor del desierto de La Guajira, representantes del Gobierno, las Fuerzas Militares y las Farc se pararon en la primera zona veredal que pondrá fin a 52 años de guerra. No había comodidades para nadie. Calarcá almorzó junto al general Javier Flórez, y Sandra Ramirez, la compañera del comandante y fundador de las Farc, Manuel Marulanda, se saludó con el mayor del Ejército Luis Suárez, encargado de las comunicaciones del Mecanismo de Monitoreo y Verificación, como si fueran amigos de hace años.

Por Edinson Arley Bolaños / @eabolanos

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