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‘Hoy, las Farc me respetan y yo los respeto’: general Óscar Naranjo

En el conversatorio “Reconciliémonos de corazón”, el plenipotenciario del Gobierno en los diálogos con las Farc, reconoció que el país debe cambiar la doctrina militar y dejar de estigmatizar el conflicto social.

Colombia 2020
06 de septiembre de 2016 - 08:13 p. m.
Óscar Naranjo, general retirado de la Policía, hoy plenipotenciario del Gobierno en las negociaciones de paz con las Farc.  / Archivo.
Óscar Naranjo, general retirado de la Policía, hoy plenipotenciario del Gobierno en las negociaciones de paz con las Farc. / Archivo.

Con un emotivo discurso de reconciliación el general retirado, Oscar Naranjo, plenipotenciario del Gobierno en los diálogos de paz en La Habana con la guerrilla de las Farc, abrió el conversatorio que convocaron Colombia2020 y la Universidad Javeriana este martes en Bogotá. Ahí, Naranjo defendió lo pactado con las Farc diciendo que es el mejor acuerdo del mundo contemporáneo: “Cuando se quiere menospreciar este acuerdo con la afirmación burda y ligera de que está basado en la impunidad, queremos decirle al país que, por ejemplo, el pacto de justicia transicional es verdad, reparación y no repetición. En suma, todo el acuerdo busca salvar vidas”.

En el auditorio Luis Carlos Galán, el oficial recordó los momentos más inéditos de su primer encuentro con los delegados de las Farc en la mesa de negociación.  “Yo llegué muy prevenido a la mesa. Venía de librar una batalla enorme con las Farc. Llegué con miedo de ser descalificado. Lo primero que hice fue decirles a las Farc: yo vengo con la convicción de respetarlos así estemos en diferentes orillas. El día que llegamos al acuerdo final, varios de ellos se me acercaron y me dijeron: usted nos ha respetado y se merece todo el respeto de nosotros”.

Ante la afirmación del general Naranjo de que “a partir de hoy las Fuerzas Militares y la Policía viven un proceso de transformación y adaptación de una doctrina contrainsurgente a una de protección para la convivencia”, La representante a la Cámara, Ángela María Robledo le preguntó por el futuro del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).

“Le preguntaba a usted en algún momento, a propósito de un debate en el Congreso sobre el Esmad, por el rol de esta fuerza frente al conflicto social y lo ato a la declaración que ha hecho el presidente Santos, que ahora este escuadrón va a ser uno de los protagonistas en este conflicto. Yo le decía: general, ¿cuándo se acaba el Esmad?, y usted me dijo, cuando cambie la música cambia el baile. Y esa música ya empezó a sonar”.

Naranjo le contestó:  “Los estados que renuncian a mantener una capacidad no letal del uso de la fuerza frente al conflicto social y al disturbio, finalmente terminan empleando tropas armadas que generan verdaderas masacres. Es decir, aquí el tema es cómo regular que el comportamiento de una fuerza que por principio no debe tener armas letales sea capaz de intervenir frente al disturbio y producir el menor daño posible. Ahí hay todo un reto”.

Ante un auditorio de estudiantes y docentes de la Universidad Javeriana, y en diálogo con los otros panelistas, Alan Jara, director de la Unidad de Víctimas y el padre jesuita, Carlos Novoa, el general reconoció que se le está poniendo fin al conflicto armado, pero que el país tiene que empezar a tramitar un conflicto social por la vía pacífica: “tenemos que proponernos renunciar a esa estigmatización del conflicto social”.

Por su parte, la exalcaldesa de Apartadó, Gloria Cuartas, aprovechó el momento para recordar que en esa comunidad del departamento del Antioquia, durante la guerra se construyeó no una estación de Policía, sino un bunker imponente ante la infraestructura precaria de la comunidad. Por eso, preguntó: “¿Es posible que la infraestructura de la Fuerza Pública pudiera utilizarse en centros de producción, educación y proyectos económicos?”.

Al responderle a Cuartas, Naranjo admitió que el conflicto se degradó tanto, no solo por parte de las Farc, sino, también del mismo estamento militar. “La Fuerza Pública asumió comportamientos que la llevaron a una distorsión enorme cuando las estaciones o comisarías, reconocidas como punto de encuentro para la resolución de los conflictos de una sociedad, se convirtieron en cuarteles desde donde se daban órdenes para la guerra”.

Finalmente, Naranjo hizo un homenaje a todos los caídos en el conflicto e invitó a los jóvenes a empoderarse de la nueva Colombia que se empezó a construir el pasado 29 de agosto, cuando el presidente Juan Manuel Santos y el comandante de las Farc, Timochenko, decretaron el cese al fuego bilateral y definitivo.

“Cuando se habla de los mapas del conflicto recuerdo que en mi vida profesional asistí a un poco más de 2 mil exequias de policías que resultaban asesinados en condiciones lamentables, en total indefensión, en unas casitas construidas en bareque donde funcionaba una pobre estación de policía que era arrasada en el marco de este conflicto. Después, pasamos a una lógica de cuarteles blindados en sitios de conflicto. Eso, a medida que el país va cambiando esa música, el baile también toca cambiarlo”, le enfatizó, como una promesa, de nuevo a la representante Robledo.

Por Colombia 2020

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