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Las ocho canciones para el fin de la guerra, según Diana Uribe

Paz y música. Una vieja relación que reconstruyó la historiadora colombiana, durante un conversatorio del Festival Centro, en Bogotá.

Nicolás Sánchez A. / @ANicolasSanchez
20 de enero de 2017 - 11:30 p. m.
La historiadora colombiana Diana Uribe.  / El Espectador
La historiadora colombiana Diana Uribe. / El Espectador

La música ha tenido mucha importancia en sociedades que buscan construir la paz después de guerras que las han resquebrajado casi por completo. En algunos casos, la producción musical ha servido como un medio de visibilización, en otros, como una manera de romper dinámicas de censura y, en otros, como una invitación para pensar que la realidad de guerra debe ser transformada.

“Los líderes musicales son tan importantes como los líderes políticos”, sostuvo la historiadora Diana Uribe, en el Fondo de Cultura Económica, durante la conferencia “El papel de la música y los músicos en procesos de construcción de paz”. Al auditorio llegaron cerca de 300 personas para escucharla y escuchar las canciones que marcaron hitos de paz en generaciones de Argentina, Estados Unidos, Irlanda del Norte y Colombia.

Colombia2020 estuvo presente y, con base en su exposición, construyó esta lista de canciones para el fin de la guerra.

Canciones para el fin de la guerra en Vietnam

Entre el 15 y el 18 de agosto de 1969 unos 400 mil jóvenes se dieron cita en Bethel, un pueblo del condado de Sullivan, en el Estado de Nueva York (Estados Unidos). El evento se conoció como Woodstock Music  & Art Fair y fue uno de los sucesos musicales más importantes del siglo XX.

Tanto artistas como los asistentes al evento se encargaron de que la ocasión se convirtiera en un fuerte mensaje en contra de la guerra en Vietnam (1955-1975). Para ese momento unos 500 mil jóvenes norteamericanos habían ido a pelear la guerra y, según algunos cálculos, unas 400 mil personas decidieron salir de Estados Unidos para evitar que ellos o sus familiares fueran reclutados para ir al país asiático.

Factores como esos hicieron que para 1969 la juventud norteamericana empezara a expresar un agotamiento con una guerra que no entendían para qué servían, pero tenían certeza de que los estaba matando.

“Woodstock no fue un concierto, fue un manifiesto”, enfatiza Uribe al hablar de ese evento que es un hito tanto del rechazo a la guerra como de la cultura hippie. En esa ocasión estuvieron en tarima personas tan importantes para la historia de la música como Joe McDonald, Carlos Santana y Jimi Hendrix’s.  

Estas fueron las dos canciones que, según Uribe, popularizaron el rechazo a la guerra de Vietnam. 

 

Canciones para la paz en Irlanda del Norte

Otro ejemplo sobre el cual Uribe puso especial atención fue sobre la guerra en Irlanda del Norte. “Allá se vivieron unas cosas que ni siquiera nosotros los colombianos nos imaginamos”, afirma la historiadora.

En su relato, Uribe contó que la guerra que se libró en Irlanda obligó a que los adultos tuvieran una gran cantidad de hijos porque tenían la certeza de que por lo menos un par iban a morir en la guerra y que otros tantos iban a huir hacia otros países.

El conflicto en ese país europeo llegó a actos de crueldad tales como disparar en la rótula de los contrincantes. Durante más de 700 años Irlanda del Norte se vio inmersa en una guerra entre protestantes y católicos que dejó miles de muertos. A su vez, el país sufrió una invasión de parte de Reino Unido que devino en hechos como la Gran hambruna irlandesa que se dio entre los años 1845 y 1849.

Irlanda del Norte vivió sumida durante años en generaciones que estaban consumidas por el odio y perpetraron la guerra. En medio de esa vorágine nació un grupo de  jóvenes que empezaron a cantar en pro de construir una narrativa que diera cuenta del cansancio con una guerra que no les pertenecía pero los estaba matando. A finales de los ochentas llegó a la escena musical irlandesa la banda U2.

Estas fueron las dos canciones que Diana Uribe resaltó como importantes para la construcción de la paz en Irlanda del Norte.        

 

Canciones para el ocaso de la dictadura Argentina 

El 24 de marzo de 1976 un golpe de Estado hizo salir del poder a María Estela Martínez de Perón. En su reemplazo se instauró una junta militar compuesta por los comandantes de las tres fuerzas armadas del país. Desde esa fecha se instauró en el país gaucho una dictadura cívico militar que terminó el 10 de diciembre de 1983.

Las violaciones a los derechos humanos de parte de la dictadura en Argentina son ampliamente conocidas. La represión hacia las manifestaciones estudiantiles, la desaparición de unas 30 mil personas y el robo de recién nacidos por parte de integrantes de las fuerzas estatales argentinas son algunas de las atrocidades que se han documentado.

Como lo cuenta Diana Uribe, hacia 1982 la junta militar argentina, en ese momento presidida por los generales Cristino Nicolaides y Augusto Jorge Hughes, no gozaba de mucha popularidad entre los argentinos y cada vez se hacía evidente que no iban a poder sostener el poder por mucho tiempo más.

En ese contexto la dictadura cívico militar estaba buscando un hecho que le permitiera generar empatía de la gente hacia los dirigentes. Como parte de esa estrategia embarcaron al país en la Guerra de las Malvinas que estalló el 2 dos de abril de ese mismo año. La acción fracasó en términos de generar imagen favorable hacia los civiles y militares que sostenían la dictadura ya que Reino Unido ganó la guerra.

Los jóvenes del país gaucho se percataron que la guerra les estaba costando la vida a muchos de ellos y que esta no tenía sentido. Sin embargo, la censura se cernía sobre toda la sociedad argentina. En ese momento el rock empezó a ser un vehículo para exigir cambios en la forma en la que se ejercía el poder.

Charly García y Fito Paez fueron los dos artistas argentinos que desafiaron la censura gubernamental y le dieron impulso a las exigencias de cambio de los jóvenes. La dictadura cayó el 10 de diciembre de 1983.

Canciones para construir paz en Colombia

Los últimos minutos del conversatorio fueron dedicados a la música que en Colombia le está apostando a dejar de lado la guerra. 

Colombia vive en medio de un conflicto armado desde hace más de 50 años. Según el Centro Nacional de Memoria Histórica 200 mil colombianos han muerto como consecuencia de la guerra. Fuerzas estatales, paramilitares y guerrillas han sido culpables de graves afectaciones a la sociedad civil.

Sin embargo, los acuerdos que se firmaron el 24 de noviembre de 2016 han permitido que se inicié el proceso de dejación de armas de la guerrilla más numerosa y longeva del país: las Farc-Ep.

"Cuando nadie hablaba de paz César convirtió un fusil en una guitarra", puntualizó Uribe. En medio de los años más cruentos del conflicto, y cuando la esperanza de la paz se veía lejana, el músico César López decidió resignificar un fusil, objeto que siempre ha sido un sinónimo de guerra. Desde ese momento empezó a hacer sus presentaciones acompañado de, como él mismo la bautizó: la escopetarra.

Por su parte, la compositora e intérprete Marta Gómez también ha hecho de la paz un tema de sus canciones. Sus piezas se caracterizan tanto por la dulzura de su voz como por ser un mensaje hacia la sociedad colombiana para deponer las armas y empezar a construir una paz que ha sido esquiva por más de medio siglo.

Después de elogiar a esos artistas, Diana Uribe concluyó, haciendo alusión al trabajo de ambos: "Necesitamos crear nuevas narrativas de lo que estamos viviendo, si no lo hacemos la construcción de paz no va a quedarnos en la consciencia". 

 

Por Nicolás Sánchez A. / @ANicolasSanchez

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