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Después de varios meses de conversaciones, en un contexto de fortalecimiento del proceso de negociación entre el Estado y la guerrilla, la fundación Fútbol y Paz Construyendo País y las Farc firmaron ayer un acuerdo de colaboración o alianza para la creación del equipo de fútbol La Paz F.C. El objetivo es que el equipo pueda participar a corto plazo en la segunda división del fútbol profesional colombiano, constituir una categoría sub-20 para participar en una Supercopa Juvenil, organizada por la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), y un plantel femenino que compita en la respectiva liga profesional.
El documento, conocido por El Espectador, señala que la iniciativa hace parte del proyecto “Educación, formación y cultura para la paz y para el posconflicto, Fútbol y Paz”, que se articula con los objetivos de la Alta Consejería Presidencial para el Posconflicto, Derechos Humanos y Seguridad, y que tiene el respaldo del Gobierno y del máximo líder de las Farc, Rodrigo Londoño, conocido comúnmente como Timochenko. La alianza está prevista por 10 años y parte de establecer contacto con miembros excombatientes de las Farc en las zonas veredales para socializar la iniciativa y lograr la debida interacción con las comunidades.
La cabeza de esta novedosa idea es el abogado y experto en derechos humanos Félix Mora Ortiz, quien comentó que el proyecto realmente surgió cuando se dio inicio a la fase pública de los diálogos de paz en La Habana en 2012, pero comenzó a tomar forma a partir de 2014, cuando se abrió la posibilidad de que la sociedad civil aportara a la negociación política. La organización Fútbol y Paz se vinculó a esta dinámica; por sugerencia del Gobierno se constituyó jurídicamente, y con el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado de Paz fue dando los pasos necesarios para la consolidación del club deportivo de fútbol La Paz F.C.
Mora Ortiz comentó que inicialmente era necesario que alguien que conociera de fútbol diera luces sobre el tema. Fue así como apareció en escena el exjugador de Santa Fe, América y la selección Colombia Alfonso Cañón, quien aportó las primeras ideas para la alianza. Luego se vinculó el exjugador de Millonarios Bonner Mosquera —el de mayor número de partidos con el equipo bogotano—, de quien Mora dice que ha sido la persona que más lo ha acompañado en su largo viaje. De igual manera, el exfutbolista de Nacional, Cúcuta, Parma, Newcastle y Palmeiras, Faustino Asprilla, ha aportado su experiencia al proyecto.
En noviembre de 2016, con la iniciativa a bordo, Fútbol y Paz visitó a los guerrilleros en Icononzo (Tolima). Fue tal el éxito del encuentro que los jefes Pastor Alape y Rodrigo Londoño mostraron su interés por apoyar la propuesta. Así se logró que Fútbol y Paz comenzara a visitar todas las zonas veredales. “Entonces me di cuenta de que, además del ala ideológica y militar, las Farc tienen la capacidad para desarrollar un ala deportiva. Hay muchachos en la guerrilla a los que les gusta la idea y están dispuestos a consolidar los equipos”, recalcó Félix Mora, quien cree que, después de los procesos de selección en las zonas veredales, en 2018 estarán listos los equipos.
El objetivo es que los excombatientes sean deportistas, pero también que se fortalezcan los vínculos con las comunidades, para que aporten a la consolidación de los tres planteles. El otro paso a seguir es la realización de algunos torneos internos hasta consolidar una preselección y hacer una caracterización del perfil de jugadores que se requieren. El propósito es que después de evaluar a los eventuales integrantes de los tres equipos, se pueda constituir planteles de 30 jugadores. Inicialmente se contará con el apoyo de profesionales del fútbol para la selección de entrenadores y deportistas.
La idea general es que se constituyan tres equipos con desmovilizados, excombatientes de otros grupos armados, víctimas del conflicto y habitantes de las regiones que fueron golpeadas por la guerra. “Queremos que los combatientes de las Farc que están haciendo tránsito a la vida civil puedan unirse con las víctimas en un club de fútbol para competir profesionalmente. Queremos que ese universo de 8 millones de víctimas que dejó el conflicto armado en Colombia tenga una representación deportiva con La Paz F.C.”, puntualizó el gestor de la iniciativa y firmante del documento, junto con el exguerrillero José Vicente Lesmes, alias Wálter Mendoza, quien se sumó en la recta final de los diálogos en La Habana.
La idea es que los equipos del club La Paz F.C. disputen sus partidos en el estadio municipal de La Paz, ubicado en el municipio de Apulo (Cundinamarca), que fue inaugurado en septiembre del año pasado por el presidente Juan Manuel Santos. La administración municipal, aunque por ahora sólo ha pactado le realización de un partido entre excombatientes y exjugadores, no se ha manifestado al respecto. Félix Mora pretende que la iniciativa sea acogida y que, además, la región sea la casa de La Paz F.C. Así se lo ha hecho saber al Gobierno. Paradójicamente, en este veraniego municipio, distante 100 kilómetros de Bogotá, se desarrolló el primer proceso de paz después de la disolución de la Gran Colombia en 1830, el proceso conocido como las Juntas de Apulo.
El abogado Mora sostiene que, aunque ya se dio un paso definitivo con la firma de la alianza entre las Farc y la fundación Fútbol y Paz, es claro que la implementación definitiva va a depender de la consolidación del proceso de paz. Por eso, además de la necesidad del apoyo gubernamental, confía en que la empresa pública y privada aporte en la consecución de recursos y herramientas de trabajo. Ya está claro que se adelantarán las acciones para la constitución legal del club ante los órganos competentes, al tiempo que se buscará ante la Dimayor la forma de obtener la respectiva casilla para el equipo de la B y la Liga femenina.
Aunque hace 15 días, durante la reunión que mantuvieron las Farc y el Gobierno en Cartagena, se pactó la creación de un equipo para la guerrilla en la segunda división, Jorge Perdomo, presidente de la Dimayor, asegura que hacer realidad la propuesta no es trabajo fácil. “Recibí un documento del Secretariado de las Farc poniendo en conocimiento su intención de entrar a competir con La Paz F.C. en la B. Esto no es un asunto que se solucione de la noche a la mañana. Tendríamos que realizar una reforma estatutaria dentro del organismo para poder abrir ese cupo”, puntualizó el dirigente del organismo rector del fútbol.
Apulo, sede del primer proceso de paz
El 15 de septiembre de 1830, al tiempo que Simón Bolívar viajaba hacia Santa Marta rumbo a la muerte, el general venezolano Rafael Urdaneta se tomó el poder y conminó al Libertador a regresar a Bogotá para reasumir el mando. Sin embargo, Bolívar ya no tenía fuerzas para esa empresa y la aventura de Urdaneta derivó en una guerra civil de siete meses que concluyó en abril de 1831, gracias a un proceso político de negociación entre contendientes. Inicialmente en la hacienda Japio, en Quilichao (Cauca), se firmó un acta de armisticio.Después se convino una suspensión de armas para darle paso a la firma de un convenio. Fue así como a partir del 26 de abril de 1831 en el punto denominado Las Juntas de Apulo, en la confluencia del río del mismo nombre y el Bogotá, se acordó la fórmula del indulto contra entrega de armas, el olvido de los agravios inferidos y la preservación de los grados militares.
Las Juntas de Apulo obró como el primer proceso de paz después de la disolución de la Gran Colombia. El general Rafael Urdaneta se apartó del Gobierno y el vicepresidente Domingo Caicedo, quien había encabezado la resistencia, restableció la legitimidad el 2 de mayo de 1831. Cinco meses después se instaló la Convención Granadina, que creó el Estado de la Nueva Granada, que a su vez adoptó la constitución de marzo de 1832 como su base jurídica.