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Farc prometen devolver la hacienda de los Turbay Cote

En un hecho inédito, dado en el marco de la Décima Conferencia de las Farc, “Iván Márquez” ordenó devolver la hacienda La Estrella, en San Vicente del Caguán, arrebatada a esa familia en los años 90, en una historia de sangre y muerte.

Edinson Arley Bolaños / @eabolanos
21 de septiembre de 2016 - 12:35 a. m.
 El jefe guerrillero “Iván Márquez”, en la Décima Conferencia de las Farc, que se desarrolla en el Yarí.  /  / Óscar Pérez
El jefe guerrillero “Iván Márquez”, en la Décima Conferencia de las Farc, que se desarrolla en el Yarí. / / Óscar Pérez

Las Farc adquirieron un compromiso con Constanza Turbay Cote, de devolver las 1.500 hectáreas de la hacienda La Estrella, ubicada en la inspección Las Guacamayas de San Vicente del Caguán, despojada por esa guerrilla hace más de 15 años. Ocurrió el pasado lunes, cuando el jefe del equipo negociador de esa organización en La Habana, Iván Márquez, habló con un ahijado de quien es hoy la única sobreviviente de esa familia, el cual llegó hasta la vereda El Diamante, en donde se desarrolla la Décima Conferencia guerrillera, en busca de Márquez. 

Este supo que lo estaban buscando  y en un momento, acompañado por Jesús Santrich, otro de los jefes de las Farc, indagó a varios periodistas si habían visto al hombre: “¿No han visto a un señor de San Vicente del Caguán que me está buscando? (...) es de la familia Turbay Cote, lo necesito”, insistió. Y hacia las 6:00 de la tarde del pasado lunes, se dio el encuentro. 
“Soy yo”, gritó un señor de gorra caqui, que se abrió paso entre los fotógrafos. “Venga para acá”, le dijo Márquez, mientras lo conducía hacia una camioneta blanca. Las cámaras intentaron seguirlos pero dos mujeres de la escolta del jefe guerrillero, sin armas, lo impidieron. Se alejaron y conversaron durante cerca de diez minutos. 

Una hora después, el hombre resolvió la duda que había quedado en el aire: “Buscaba a Márquez porque las Farc me iban a entregar por escrito la orden del Secretariado de devolverle a Constanza Turbay la hacienda La Estrella, que esa guerrilla le quitó su familia hace 15 años”, le dijo a  El Espectador.

Se trata de un predio al que se hizo Luis Hernando Turbay Turbay, senador en los años 80 y jefe de una casa política que heredaron sus hijos, dentro de ese proceso de colonización que se emprendió en la región a mediados del siglo pasado. Una hacienda simbólica en el marco del conflicto político que se desató en el Caquetá entre los Turbay Cote y el grupo guerrillero y que comenzó con la firma del Acuerdo de Santa Fe, llamado así por el lugar donde se pactó: una inspección de Cartagena del Chairá. 

El gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) había autorizado diálogos regionales con las Farc en sus zonas de influencia, con el fin de ambientar y afianzar el acuerdo de paz de La Uribe (Meta). El Acuerdo de Santa Fe lo firmaron Henry Millán, jefe del Frente Democrático, una alianza de grupos de izquierda; Rodrigo Turbay, del Partido Liberal y representando a su padre; Ómar Ortega, senador del Partido Conservador, y los líderes de las Farc Iván Márquez, Mono Jojoy, Joaquín Gómez y Ernesto Suárez, alias El Abuelo. Todos, comprometidos con el proceso de paz de Betancur, acordaron garantías para el nuevo partido político con el que la guerrilla comenzaría su tránsito hacia la política legal: la Unión Patriótica (UP). 

Pero la clase política, representada en los liberales y los conservadores, incumplieron. En esa época, los alcaldes aún eran nombrados a dedo por el Gobernador y la promesa era que en el partido que lograra mayorías en las elecciones a concejos tendría sus respectivos mandatarios municipales. Y a la izquierda , que había ganado en cuatro localidadess del Caquetá, solo le asignaron dos alcaldías, otorgadas a su vez al liberalismo. El Acuerdo se rompió y las Farc cobraron con sangre y muerte. 

El 29 de diciembre de 2000, Diego Turbay Cote, hijo menor de la familia y entonces presidente de la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes; su madre Inés y siete personas más, fueron asesinados por las Farc, cuando se dirigían en la vía que de Florencia conduce a Puerto Rico con una comitiva de seguidores para asistir a la posesión del alcalde de ese municipio, José Lizardo Rojas, posteriormente también asesinado. Los bajaron de los automóviles en los que iban, los hicieron tirarse al piso y los acribillaron por la espalda. Año y medio antes, su hermano, Rodrigo, había muerto ahogado tras haber sido secuestrado por esa guerrilla.

De ahí la importancia de este acto de devolución de la hacienda La Estrella, de la que las Farc se habían apropiado, lo que marca un nuevo capítulo de reconciliación. Así, Iván Márquez, oriundo del Caquetá y quien a instancias del Acuerdo de Santa Fe logró llegar en 1986 a la Cámara de Representantes a nombre de la UP, comienza a cerrar una historia que más allá de confrontación política, en la que se han visto involucrados otros dirigentes de la región, ha estado marcada por despojo y violencia. La palabra está empeñada y solo se espera que se cumpla lo prometido. El Espectador trató de contactar a Constanza Turbay pero al cierre de esta edición no había sido posible dialogar con ella. 

Por Edinson Arley Bolaños / @eabolanos

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