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Antioquia, un laboratorio esencial para la construcción de paz

Cinco expertos cuentan sus experiencias en medio de la guerra y analizan los retos del departamento a futuro. Afirman que la zona será vital en el posconflicto. 

Susana Noguera /@011Noguera
13 de octubre de 2016 - 07:41 p. m.
El conversatorio se hizo en la Universidad Pontifica Bolivariana, en Medellín.  / Juan Pablo Moreno
El conversatorio se hizo en la Universidad Pontifica Bolivariana, en Medellín. / Juan Pablo Moreno

Entre los años 2007 y 2009 llegaron a Medellín aproximadamente 73.000 personas desplazadas por la violencia. El producto de estas migraciones forzadas se puede ver claramente en las laderas de la capital antioqueña. Los municipios de San Carlos y Granada, así como la zona del Urabá fueron de los que más sufrieron la guerra en este departamento, que tiene el 13% de las víctimas del conflicto armado de Colombia y el 18% de los desplazados del país. Todos estos acontecimientos han hecho que las comunidades desarrollen estrategias para construir paz aún en medio de la violencia, la angustia y el terror.  

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Con el propósito de conocer estas vivencias Colombia2020 se alió con la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín para reunir a cinco expertos y conversar sobre las experiencias de Antioquia en la construcción de paz y sus perspectivas en el cumplimiento de los acuerdos pactados en La Habana. El conversatorio se llevó a cabo este jueves 13 de octubre en la capital antioqueña. 

Entre los panelistas estuvo Luz Patricia Correa, directora de la Unidad de Víctimas de Medellín. Para ella es un orgullo que la ciudad haya reducido a cero el desplazamiento intraurbano, un gran logro teniendo en cuenta que era una de las problemáticas más marcadas de la ciudad que alcanzó su punto máximo en 2013, con desplazamientos de casi mil personas de la vereda La Loma, en el corregimiento de San Cristóbal, zona rural de Medellín. “Se trata de superar el conflicto con las herramientas de la desmovilización, el desarme y el desminado mientras se avanza en la paz estable promoviendo el respeto de los derechos humanos”, explica.

Correa también resaltó la importancia de consultar con las comunidades y así construir políticas públicas conjuntas que respondan a sus necesidades, creen memoria y renueven la confianza en el Estado. Las iniciativas de memoria, por ejemplo, construidas de manera conjunta han sido vitales para el municipios de San Carlos y las comunas 8 y 13 de Medellín, entre otras comunidades severamente afectadas por el conflicto. Las colchas de las tejedoras de Sonsón es una muestra de las iniciativas artísticas para lograr este objetivo.

Y es que Medellín ha sufrido de primera mano el problema de no contar con las herramientas para reconstruir la memoria histórica del conflicto, ya que en el caso de los paramilitares, los comandantes fueron extraditados y con ellos la verdad de lo que sucedió.

Jaime Fajardo, director de Derechos Humanos de la Gobernación de Antioquia, también conoce de cerca la importancia de trabajar con la población civil y las víctimas del conflicto armado. En 2001, durante la gobernación de Guillermo Gaviria, crearon un movimiento ciudadano para impulsar la paz y recuperar la confianza en la institucionalidad. “La lección que Guillermo Gaviria le dejó a Antioquia es que cuando hay líderes dispuestos a ofrecer incluso la vida por mantener la paz la realidad cambia”, dice Fajardo. Con esta iniciativa ciudadana construyeron paz aún en medio de las operaciones del Plan Colombia, cuando una salida dialogada del conflicto parecía muy lejana.

Uno de los municipios más afectados por el escalamiento de la guerra y la violencia paramilitar fue San Carlos. El 80% de su población fue desplazada. María Patricia Giraldo, ex alcaldesa del municipio, explicó que gracias a la persistencia lograron que 14.000 personas retornaran a la zona en condiciones de dignidad. La Alcaldía de Medellín se alió con el municipio para lograr ese objetivo aunque no tenían ninguna responsabilidad legal. “Eso es un ejemplo para las ciudades del resto del país”, dice Giraldo.

En el proceso también participaron más de 20 instituciones estatales y privadas. Así lograron que San Carlos fuera el primer municipio de Colombia en ser declarado libre de minas. También impulsaron proyectos de memoria histórica, búsqueda de los desaparecidos, reparación colectiva, participación de líderes campesinos y procesos de desarrollo económico con las mujeres campesinas.

Todos los panelistas concordaron en que las experiencias regionales de construcción de paz son muy importantes en la coyuntura actual. Sobre todo las de aquellas veredas como El Orejón, en el municipio de Briceño, donde la ciudadanía pasaba hasta 12 años sin verle la cara al alcalde, y eso sin mencionar el Gobierno Nacional. Eugenia Holguín, presidente dela Junta de Acción Comunal de a vereda El Orejón, explica que todo eso cambió cuando empezó el plan piloto de desminado del Ejército y las Farc en la zona. Ahora se sienten respaldados y esperanzados en que los acuerdos de paz se implementarán.

Por todo lo anterior los expertos concluyeron que Antioquia no solo es un laboratorio de paz, sino que además será vital en la construcción de un eventual posconflicto. Carlos Alberto Montoya, experto en construcción de paz, afirma que si no se logra consolidar el plan de paz en Antioquia no se logrará en el resto de país. Esto lo afirma porque en Antioquia hay más de 5 frentes de las Farc y muchos de ellos tienen alianzas con las bandas criminales. "Pensamos de manera muy positiva que todos se van a desmovilizar pero también debemos dejar un margen de duda porque pueden simplemente cambiar de bando”, explica.

Además, en el marco de las negociaciones de paz, se puso en el departamento tres zonas de concentración y un campamento para que las Farc haga su transición a la vida civil. Si vemos esto en el contexto histórico de que en este departamento se desmovilizaron 11 frentes paramilitares y que es el que ha generado más movimientos contrainsurgentes se empieza a dimensionar los retos que tiene por delante.

“Sabemos las limitaciones institucionales y económicas con las que se va a manejar el posconflicto y por eso le hacemos un llamado al Gobierno para que le ponga especial atención a Antioquia”, concluye Montoya.

Por Susana Noguera /@011Noguera

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