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Mesa del ELN y participación: la paz, también en las ciudades

Columnista invitado
28 de octubre de 2016 - 08:50 p. m.

Las ciudades colombianas guardan un lugar de especial atención de cara al proceso de paz que iniciará con el Ejército de Liberación Nacional (Eln). Dos razones sustentan esa realidad: por un lado los habitantes de las principales ciudades del país rechazaron los acuerdos de La Habana, o no se manifestaron al respecto, y por otro, las problemáticas de las ciudades no han aparecido en aquella agenda de negociación.

Por eso es importante que los pobladores urbanos, un 70% de la población colombiana, encontremos un espacio para que nuestra voz tenga un espacio en el primer punto de la mesa de Quito, entre el ELN  y el Gobierno, el cual traduce: participación de la sociedad en la construcción de la paz. De la misma manera, que nuestras problemáticas y conflictos puedan ser discutidos y tramitados en los puntos democracia para la paz y transformaciones para la paz.

En esta vía es importante que los habitantes de las ciudades colombianas, las pequeñas, intermedias y las ciudades principales, iniciemos discusiones que nos permitan construir una agenda de paz para las ciudades y quienes las habitamos.

En gracia de discusión, y retomando las conclusiones del Foro Social Urbano Alternativo y Popular, realizado en la ciudad de Medellín en el año 2014, en el que más de tres mil pobladores urbanos y 50 organizaciones nos dimos cita para construir una agenda de paz desde abajo, planteamos algunas preguntas que puedan ayudarnos a ir perfilando esa agenda urbana de paz.

¿No es la vivienda digna, el derecho al territorio urbano y la detención de los desalojos a las familias más humildes, una condición para la paz?

Protección de los bienes naturales agua, páramos, bosques que rodean y surten de vida las ciudades.

Lucha frontal contra la violencia a las mujeres y por la equidad de género. El respeto y las oportunidades.

Transporte digno que mejore la calidad de vida. En las ciudades donde el transporte público es un negocio monopólico de actores privados, que pauperiza la cotidianidad de los sectores excluidos de los centros de las ciudades.

No morir en los hospitales. Las muertes por EPS suman más que los muertos en la guerra con las insurgencias.

Las ciudades colombianas son reinos de informalidad, desempleo y rebusque. Derechos laborales, políticas de empleo y asociatividad comunitaria.

Seguridad y microtráfico. Los combos, las pandillas, las fronteras invisibles, la limpieza social, las ollas en los barrios, son realidades de hoy, no del pasado.

Espacios de cultura que le brinden a la juventud opciones de vida y sentidos de futuro fuera de la violencia.

Educación pública en todos los niveles y desmercantilización.

Expresión de comunidades étnicas y sus posibilidades de desarrollo cultural e identitario.

Aquí hay algunos puntos que deben enriquecerse en espacios barriales, locales, comunales, municipales y distritales de participación. Es la hora que la construcción de la paz y del futuro del país repose en las manos del pueblo, de la sociedad, de la gente. Que los acuerdos se construyan y no se impongan. Que el país se democratice.

* Sebastián Quiroga / @sebaquiropa participa del Comité de Impulso a la Mesa Social para la Paz; es vocero nacional del Congreso de los Pueblos, integrante de la mesa de interlocución de la Cumbre Agraria con el gobierno para el punto Relación Campo-Ciudad.

 

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