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Los ingresos de las Farc

Columnista invitado
12 de marzo de 2017 - 03:46 p. m.

Por: Alberto Lozano Vila*

Este tema, que interesa a la prensa y a los analistas desde hace varios años, adquirió tal relevancia dentro del acuerdo de paz que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) se comprometieron a cortar todo vínculo con las actividades del narcotráfico, aportar información para develar las redes de lavado de activos y abandonar todo tipo de acción criminal.

Además, no solamente existe un compromiso verificable a través de un mecanismo internacional, sino que los beneficios legales que el Gobierno les ofreció están condicionados a la reparación de las víctimas y a la colaboración con información veráz a la justica.

Dicho esto, los errores que comúnmente cometen los analistas al referirse al tema del dinero de las Farc se pueden sintetizar en dos. Primero, no tienen en cuenta que las Farc no participan completamente de la economía de mercado como cualquier actor legal y, segundo, suelen mirar sus estados financieros como si se tratara de una empresa monolítica.

‘Rebusque’ permanente

El origen de la plata de las Farc ha sido cambiante debido a las circunstancias geopolíticas mundiales y a las características económicas de las zonas donde tuvieron presencia. Históricamente, una de sus fuentes principales fue la de aplicar extorsiones o ‘vacunas’ a las empresas, nacionales e internacionales, con presencia en las zonas bajo la influencia guerrillera.

Adicionalmente, según la región y la época, las Farc recurrían al robo de ganado, la corrupción pública, al saqueo de entidades financieras, la extorsión, el secuestro, la minería ilegal y a la participación en diferentes eslabones de la cadena del narcotráfico, para citar solamente las más importantes.

Poco ‘emprendimiento’

Analizando el ‘modelo de negocio’ de las Farc como un todo –con base en informes de las autoridades– se ve que salvo en el caso del secuestro, en el cual realizaban todas las actividades, las Farc fueron poco ‘emprendedoras’ y prefirieron exprimir rentas de otros agentes económicos.

Ellos tuvieron, principalmente, una economía parasitaria que exprimía a los agentes económicos relevantes de cada zona, incluyendo al Estado, las multinacionales y los narcotraficantes. Por ejemplo, se conoce que a través de válvulas extrajeron irregularmente por años el petróleo de los oleoductos en Norte de Santander.

Como eran una organización diversa y compleja, existen ejemplos de ‘emprendimiento’, principalmente en la comercialización de droga, pero no hay evidencia de que se tratara de una actividad generalizada y contínua en el tiempo.

Esta estrategia de rentas ilegales quedó evidenciada con la mal llamada Ley 002, en la cual fijaron un ‘impuesto’ a aquellas personas cuyo patrimonio fuera superior a USD 1 millón de dólares. Según el artículo tres de esa ‘ley’, ‘‘quienes no atiendan este requerimiento, serán retenidos’’ y ‘‘su liberación dependerá del pago que se determine’’.

Pobres no eran, pero ¿qué tan ricos?

Un buen indicador de las finanzas de las Farc son sus gastos y sus inversiones. Desde el punto de vista del armamento los noticieros mostraron guerrilleros bien armados, pero nunca aparecieron ni helicópteros, ni misiles tierra aire, ni embarcaciones o bunkers acondicionados con todas las comodidades.

Las Farc no tuvieron recursos disponibles para adquirir armas sofisticadas que, a la postre, les hubieran dado una ventaja en el terreno o permitido cumplir con sus planes terroristas.

En 2008 el entonces comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia, general Freddy Padilla de León, sostuvo en un informe publicado por El Espectador que alias ‘Mono Jojoy’, ‘‘el hombre otrora todo poderoso, el hombre que ordenaba movimientos de millones de dólares, [está] pidiendo prestamos a un narcotraficante de los Llanos Orientales como ‘El Loco’ Barrera: un millón de dólares. Eso es lo que tiene las Farc, un déficit muy grande y dificultades terribles”.

Las bases del grupo ilegal no tenían una vida de lujos y excesos como es común ver en otras organizaciones del crimen organizado, como por ejemplo los sicarios. Por el contrario, existen recuentos periodísticos que dan cuenta de mandos que se escaparon con cuantiosos botines, de gente que robó a las Farc y de guerrilleros con gastos excéntricos.

Muestra de ello es el caso de alias ‘Alirio Rojas’, un comandante que según informes de prensa le robó cerca de 4000 millones de pesos a las Farc en 2009.

¿Pero cuánta plata tienen? No se sabe. Hay nueve informes que dan cuenta de cifras muy diferentes. Por ejemplo, un artículo de Forbes Israel de 2014 dijo que los ingresos anuales de las Farc eran de USD 600 millones de dólares, un estudio de Salomón Kalmanovitz de 2013 concluyó que eran USD 1700 millones, y un informe de The Economist cifró la riqueza en USD 10 700 millones de dólares.

El dinero es de las víctimas

En conclusión, el poder económico de las Farc residía en su control territorial. No era que tuvieran tierras a su nombre y las usaran de manera eficiente. Nada de eso. Gracias al poder que tuvieron en algunas zonas pudieron hacerse a las rentas y a un porcentaje de la riqueza generada por los agentes lícitos e ilícitos.

Por ello, por cada peso de las Farc hay una víctima que tiene derecho a ser resarcida. Para los estudiosos del tema el acuerdo es una oportunidad para responder todos los interrogantes que hay, pues no solamente habrá un mapeo de la cadena de valor del narcotráfico, sino que también se verá el efecto que tendrá del fin del conflicto en la economía local.

Por ahora, quedan dos grandes preguntas: ¿se podrán recuperar y canalizar los activos de las antiguas Farc para financiar parte del postconflicto? y ¿qué tan serias serán las nuevas Farc (y sus integrantes) para financiarse de forma legal en el futuro?

*Gerente Infolaft y Lozano Consultores. Experto internacional en prevención del lavado. Hasta el 2006 fue director de la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf ), entidad del Ministerio de Hacienda que previene y detecta operaciones asociadas al lavado de activos.

 

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