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La amenaza contra internet y contra la democracia

José Antequera
09 de junio de 2017 - 03:04 p. m.

Una reciente decisión de la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos para cambiar las regulaciones actuales en esta materia también afectaría gravemente el uso que hemos hecho millones de personas en el mundo de la red como herramienta de acción colectiva y que ha sido determinante para el crecimiento de la movilización social en Colombia en los últimos años.

“Principio de neutralidad” es como se denomina hoy a la prohibición que tienen los proveedores de servicios de internet (las compañías a las cuales los usuarios les pagamos para conectarnos a la red) para  tratar de manera diferenciada alguna de las informaciones que circulan.  Esos proveedores no pueden decidir si una compañía como Netflix debe tener mejor velocidad que otra, por ejemplo. Gracias a ese principio hoy podemos hacer las famosas llamadas por Skype que nos conectan a millones con nuestros familiares migrantes en el mundo, a pesar de que alguna vez hubo compañías que quisieron evitar que eso ocurriera para seguir cobrando por la llamada internacional que antes hacíamos desde la papelería del barrio.  En 2015 se definió en Estados Unidos que los servicios de internet, a pesar de ser prestados por empresas privadas, debían ser considerados servicios de utilidad pública como el agua, la electricidad o el gas. Así como una empresa de gas no puede instalarle a uno una tubería podrida porque uno es más pobre, el proveedor de servicio de internet no puede afectar la conexión de nuestras páginas favoritas o bloquear nuestro acceso a páginas excepto por consideraciones muy especiales.

Por supuesto, esta misma regulación tiene consecuencias políticas. El crecimiento de las movilizaciones sociales en el mundo a partir de la llamada Primavera Árabe, el 15-m, Occupy Wall Street, tienen todo que ver con la neutralidad de la Internet. El CINEP ha registrado un crecimiento correlativo de las movilizaciones sociales en Colombia desde 2011, fenómeno en el cual ha sido fundamental el uso que las organizaciones de diferente tipo hemos hecho de la red. ¿Qué sería de esas luchas sin Youtube? No es exagerado decir que la apertura democrática por la que luchamos en Colombia con la bandera de la paz desde hace más de medio siglo depende, en un porcentaje aún no calculado, de la protección de ese principio de neutralidad que ha permitido que la gente vea y exprese lo que se mantiene cerrado en los grandes medios de comunicación.

Ajit Pai, el nuevo director de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos nombrado por el Presidente Trump ha anunciado que quiere cambiar la regulación actual dejando el principio de neutralidad de internet como un asunto voluntario para los proveedores en Estados Unidos y permitiendo que esos mismos proveedores puedan realizar contratos especiales con ciertas compañías que podrían pagar más para bloquear a sus clientes el acceso a páginas o informaciones.

Hay que tener en cuenta que el 70% del tráfico mundial de internet pasa por servidores ubicados en ese país, luego este asunto es un problema global. Por ello, organizaciones como Fight for the Future (https://goo.gl/yin9kz) entre otras,  están convocando a un día de acción masiva el próximo 12 de julio. (https://www.battleforthenet.com/) No sólo es necesario participar de la jornada e informarse sobre cómo funciona esa herramienta a la que le preguntamos todo, sino que hay que asumir con seriedad la agenda de la neutralidad de internet en Colombia y su relación con nuestras luchas políticas y sociales. Sin principio de neutralidad de internet no hay democracia contemporánea, así de simple.

Hay que recordar que hemos tenido intentos nefastos de regulación de la internet en Colombia en contra de los usuarios como las Leyes Lleras 1 y 2. Lleras, si, Vargas Lleras, el candidato presidencial.

 

 

 

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