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Claudia Vaca: una voz esencial en la elección de los magistrados de la JEP

Dejusticia
17 de agosto de 2017 - 03:10 p. m.

Según una columna de la periodista María Isabel Rueda publicada en El Tiempo, habría dado lo mismo tener a Claudia Vaca o a un call center en el proceso de selección de los 51 magistrados que harán parte de la Justicia Especial para la Paz. La columnista describe a esta química farmacéutica, miembro del Comité de Escogencia, como una mujer de una “simplicidad total” y una “inocencia pueril”. Y se pregunta cómo diablos se les ocurrió elegir alguien que no es abogado para semejante responsabilidad.

Quien no había escuchado mencionar el nombre de Claudia Vaca antes de leer esta columna (seguramente millones de colombianos porque la profesora Vaca no es un personaje que acapara la prensa: no es ni actriz ni cantante ni política ni polémica), quedó con la sensación de que esta mujer “simple” e “inocente” llegó al Comité de Escogencia por puro azar. O por de buenas. O por de malas el resto de colombianos.

En cambio, quienes le hicimos seguimiento al sistema de salud en la última década, y quienes siendo periodistas fuimos testigos del drama de tantos enfermos que no podían acceder a medicamentos porque eran impagables (durante años en Colombia reinó la falta de regulación y las farmacéuticas fijaban los precios a su antojo), sabemos que las palabras de esta columnista son engañosas y malintencionadas. Sobre todo porque ridiculiza y minimiza a Vaca, y es incapaz de reconocer el peso y el valor de otra mujer. De la única mujer que nos representa en ese Comité. Y de las pocas incluidas en las instancias creadas en desarrollo del Acuerdo de Paz: de las 41 personas nombradas hasta ahora sólo 6 son mujeres, exceptuando la Instancia Especial para garantizar el Enfoque de Género, que desde un comienzo se sabía que estaría conformada sólo por mujeres.

¿Sabrá la columnista que Claudia Vaca se enfrentó y le ganó la pelea a uno de los gremios más poderosos del mundo: las multinacionales farmacéuticas? Con su equipo del Ministerio de Salud, en el 2014 la profesora Vaca sacó adelante un decreto que le dio vía libre a la regulación de medicamentos biotecnológicos en el país. Eso significó la disminución de los precios excesivos de muchos fármacos, ya que entraron los genéricos a la competencia. Esa política representó un ahorro de unos $300.000 millones de pesos para el país y le permitió a los pacientes acceder a medicamentos que tenían precios descomunales.

Esa hazaña, y otras más encaminadas a lo mismo: a regular el precio de los fármacos, llevó a que Claudia Vaca fuera reconocida por el diario El Espectador y la revista Semana como uno de los personajes del año 2014. Y además, se convirtió en un referente internacional en políticas farmacéuticas, como me dijo el ministro de Salud Alejandro Gaviria. “Ella es un buen ejemplo de cómo la academia puede tener un impacto en el diseño de políticas públicas (…) Nadie puede decir que Claudia no es una persona seria. Tiene en cuenta todas las dimensiones; tiene el bagaje que se necesita para tomar decisiones en el Estado”.

Claudia Vaca llegó al Comité de Escogencia de los funcionarios del Sistema de Verdad, Justicia y Reparación, cuando ya estaban seleccionados cuatro hombres (todos abogados) y ONU Mujeres había advertido que sería muy grave no tener representación femenina en ese grupo. La eligieron los rectores de las universidades públicas porque, como explicó en La Silla Vacía el rector de la Universidad Pedagógica Adolfo Atehortúa, “había fundamentalmente juristas, y (como) estamos ante un tipo de justicia alternativa y diferente, se pensó en nombrar a alguien con distintas competencias”.

Es decir, porque Vaca representa una voz externa y diferente al Derecho, algo que muchos académicos han defendido para que el derecho y el sistema judicial sea sensible ante otras visiones. Esta teoría se la escuché por primera vez a Rodrigo Uprimny, con quien trabajo, y cuando volví a preguntarle me dio ejemplos de otros casos en los que sucede lo mismo: en el juicio por jurado en algunos países los jurados están integrados por ciudadanos de a pie; o en ciertos países existen los tribunales escabinados que son de composición mixta (una parte abogados y otra parte de no abogados); o la mayoría de comités de la ONU que no están integrados principalmente por abogados. En el comité al que Uprimny pertenece (el de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) sólo 8 de sus 18 integrantes son abogados.

El exrector de la Universidad Nacional Moises Wasserman, con quien también hablé, me puso un ejemplo similar después de referirse a la profesora Vaca como una mujer “responsable, dedicada y con una posición muy social de su disciplina”. Señaló que en los comités de ética en Colombia, por norma, se exige que sus integrantes no sean sólo científicos, es decir, que haya presencia de personas que no son profesionales en el campo porque sirven de guía para tener otras perspectivas, para salirse del ensimismamiento.

Por eso un call center, sin duda, no sería suficiente para darle al Comité de Escogencia la mirada diferente, rigurosa, experta y social que le está aportando Claudia Vaca.

*Carolina Gutiérrez Torres

 

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